• El Universal
  • 17 Septiembre 2011
  • Pastora Medellín dice que los hombres están ‘celosos’ de que las féminas tomen cargos que creían eran para ellos
    • Tabú. En el centro minero Madero se ha roto con el mito de que la mina es celosa y enemiga de las mujeres. Pastora Medellín posa orgullosa con su uniforme.Foto: Vanguardia-El Universal

FRANCISCO I. MADERO, ZAC.- En el centro minero Madero se ha roto con el mito de que la mina es celosa y enemiga de las mujeres. Al contrario, dice Pastora, desde hace 10 años ha sido “nuestra gran amiga”, incluso, para ella se ha convertido en su única aliada y su gran fortaleza para sacar adelante a sus tres hijas.

En la Minera Madero, propiedad de Grupo Peñoles, ubicada a 15 kilómetros de la capital de Zacatecas, actualmente trabajan 28 mujeres mineras que forman parte de la plantilla de 315 empleados que realizan labores dentro de la mina, equipo que diariamente extraen alrededor de 7 mil 700 toneladas de molienda de zinc.

Pastora Medellín Medellín, de 45 años de edad, originaria de la comunidad Hacienda Nueva, del municipio aledaño de Morelos, con gran orgullo refiere que ya está comprobado que sólo se trataba de una superstición, incluso, se atreve a señalar que “tal vez los celos estaban y siguen estando” en los hombres. “Quizá por el machismo y también porque piensan que somos débiles; a las mujeres antes se les prohibía entrar a las minas”.

Suelta una ligera sonrisa de triunfo y afirma que ahora se ha demostrado que las minas y las mujeres juntas son productivas y ambas “peligrosas” si no se les da un buen trato. Admite que siempre será un trabajo de alto riesgo, pero le ha quedado muy claro que en este oficio se requiere más de “voluntad y no sólo de tener la fuerza física”, pero insiste en que la mujer puede llevar a cabo todo aquello que se proponga.

Pastora afirma que se siente realizada con su trabajo de minera, pues recuerda que desde jovencita siempre tuvo la intención de estudiar ingeniería en minas, sin embargo, cuando cursaba el bachillerato se casó y se truncaron sus estudios. La situación económica se complicó con la procreación de sus tres hijas, pero sobre todo cuando se divorció y tuvo que retomar las riendas de su hogar.

Relata que durante varios años trabajó como empleada en varias tiendas departamentales, pero cuando supo que en su apertura la empresa minera ofertaba los cursos de capacitación para ambos sexos, no lo dudó y se aventuró a vivir el reto.

Desde entonces, durante más de 10 años que tiene funcionando este centro minero, ella ha manejado maquinaria pesada como Motoconformadoras, Bulldozer, retroexcavadora y cargadores frontales que utiliza principalmente en el interior de la mina para cargar de tepetate a decenas de camiones de volteo durante todo el transcurso de sus jornadas diarias.

Se encomienda a la ‘Patrona’

Sus jornadas de trabajo son rotativas igual que sus días de descanso y menciona que le gusta más el turno de día que el de noche, pero de inmediato acepta que “así es este trabajo y ni modo, hay que entrarle”.

La entrada laboral es a las 07:00 horas y el camión que transporta a los trabajadores pasa cerca de su casa aproximadamente media hora antes, por ello, debe levantarse desde las 05:00 para alcanzar a preparar su desayuno y dejar listo la comida de su pequeña de 9 años, ya que sus otras dos hijas tienen 21 y 24 años, incluso, una de ellas ya la hizo abuela.

Una vez que llega al área denominada “El Pueble”, donde se le asigna su rol de trabajo, se pone su indumentaria de seguridad: overol, casco, cinturón, equipo de comunicación, lámpara y protectores para los oídos.

Antes de entrar a la mina se persigna y se encomienda “a la mera mera, a la Patrona” a la Virgen de Guadalupe: “En sus manos siempre pongo a mis hijas, sobre todo a la más pequeña, por si algo me llegara a pasar”, aunque aclara que ella es positiva y sabe que si hace su trabajo con responsabilidad todo saldrá bien.

Incluso, en la empresa minera hace tres semanas, a un costado de la entrada de la bocamina se colocó un mural con las huellas de las manos de los hijos de los mineros, quienes también plasmaron mensajes y bendiciones para sus padres y madres, a manera de sensibilizarlos para que siempre extremen precauciones, al recordarles que ellos los esperan en casa.

Después de sus oraciones, Pastora se apresura a internarse a la mina en su enorme máquina que domina a la perfección, porque debe llegar antes que los demás trabajadores para comenzar a despejar las áreas y comenzar con los depósitos de tepetate a los camiones y a los ductos.

Ella atribuye que el gusto por la minería es algo que le heredó su padre, quien también fue minero. Comenta que antes de que él muriera ya se dedicaba al oficio y la felicitó por desempeñar algo que su papá pensó que sólo era exclusivo de los hombres. La recomendación fue sencilla: “Tener fortaleza y carácter”.

Esta última sugerencia lo ha tenido que emplear, pues revela que todavía existe resistencia por parte de los hombres, a quienes no les gusta recibir instrucciones de una mujer, por lo que ha tenido que lidiar o hasta “llamarle la atención a uno que otro”.

om

http://www.vanguardia.com.mx/tambienexistenmujeresmineras-1100948.html