1. Contra el sentido de la historia de lucha por la soberanía y la autonomía de nuestros pueblos sobre territorio, recursos y destinos, la política gubernamental de los últimos 25 años ha entregado el territorio y sus entrañas a las empresas mineras trasnacionales y trasnacionalizadas. 200 mil kilómetros cuadrados, es decir, el 9 por ciento del territorio nacional ha sido entregado y regalado, como concesiones mineras.
2. Bajo un nuevo colonialismo, las empresas invaden territorios de nuestros pueblos originarios, para apropiarse de las entrañas de nuestra tierra. Millones y millones de toneladas de suelo y rocas son removidas con maquinaria pesada y envenenadas con químicos, dejando impactos, efectos y trastornos a nuestra población a cambio de una nueva falsa modernidad.
Con una falsa idea del “desarrollo”, del “progreso” y “la modernidad” que la globalización corporativa y su sistema de especulación financiera alientan, se repite el saqueo y la exportación de recursos minerales, dejándonos a los pueblos y comunidades pagar los costos de la destrucción sistemática de nuestra madre la naturaleza y sus hijos e hijas.
4. Reunidos y convocados por el Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (MAPDER) en esta población de profundas raíces indígenas, donde los colonialistas españoles reprimieron la justa y prolongada protesta indígena encabezada por Francisco Tenamaxtli y Guaxicar, contra la avaricia del oro y la invasión de los Nuños de Guzmán de ese tiempo, en la bautizada “Guerra del Mixtón”, los representantes de comunidades y organizaciones sociales de 10 estados del país y convocantes al Encuentro, iniciamos el recuento y la organización de una resistencia con dignidad y para triunfar sobre los viejos y nuevos agravios causados por el modelo minero dominante.
5. Con la “eficiente” entrega oficial de concesiones de exploración, y hoy simplemente “mineras”, y la complicidad o anuencia de la Secretaría de Economía y de la SEMARNAT, las empresas y sus cómplices invaden territorios engañando a la población y corrompiendo a autoridades locales y estatales. Las falsas promesas de bienestar, carreteras, o miserables rentas por la tierra son los anzuelos tradicionales o los nuevos espejos o cuentas de vidrio a cambio de los metales preciosos o industriales.
6. Aprovechando la obsoleta Ley Minera, la ausencia de fianzas, la ridícula política fiscal y la debilidad de las normas ambientales y de seguridad, la explotaciones mineras a gran escala, “a cielo abierto”, remueven cerros, rellenan barrancas, destruyen sembradíos, desplazan pueblos, envenenan manantiales, ríos y cuencas, cancelando alternativas de bienestar de nuestros pueblos; y cuando abandonan sus fundos, sólo dejan a nuestros pueblos su rastro de destrucción de todo tipo, enormes tiraderos de desechos y residuos, tierras estériles, aguas contaminadas, enfermedad y desolación.
7. Ante las acciones comunitarias de organización y defensa para enfrentar los proyectos, la respuesta de las empresas y los gobiernos, ha sido el hostigamiento y la represión, reforzando con ello la violación a los derechos humanos, los Pactos y Convenios Internacionales.
8. La naturaleza in-sustentable de la minería a gran escala, como lo reconoce la ONU, y la irresponsable expansión y fomento en nuestro país, ha vuelto registrar casos de etnocidio, migración forzada, envenenamientos masivos, ficticios conflictos de limites territoriales, grandes y trágicos accidentes por la irresponsable violación de las normas de seguridad y el manejo de explosivos, hidrocarburos y tóxicos.
9. Bajo esta situación intolerable y devastadora, las organizaciones reunidas en Temacapulín decidimos echar a andar y organizarnos en una red nacional de los afectados directos o indirectamente por la minería trasnacional, que nos permita unir fuerzas y en conjunto con las organizaciones solidarias, fortalecer la defensa de la autonomía y soberanía de los pueblos sobre nuestros territorios, comunidades, y recursos naturales. Que a partir de hoy denominamos Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA).
21 de Junio de 2008