Sin rechazar la actividad como tal y considerarla necesaria para el progreso los prelados mediante un comunicado alertaron sobre la especulación que hay sobre los recursos naturales y su destrucción sin otro interés que el económico, orientado a un sector empresario que se desentiende por las consecuencias posteriores para la región. Reportan sobre las miserias que dejan las mineras en los pueblos cuando, pasada la época de próspera actividad, se retiran por agotamiento del recurso.

Mineria en Santa Cruz – Foto: Archivo

Con la firma de Mons Bressanelli (obispo de Comodoro Rivadavia), Fernando C. Maletti (obispo de San Carlos de Bariloche), Esteban M. Laxague (obispo de Viedma), Marcelo Melani (obispo de Neuquén), Néstor Navarro (obispo del Alto Valle del Río Negro), Juan Carlos Romanín (obispo de Río Gallegos) y José Slaby (obispo de la Prelatura de Esquel) trascendió un documento que los representantes de la iglesia firmaron donde advierten sobre la actividad minera y cuestionan a las empresas que la llevan adelante mandando un tiro por elevación al Estado que con su permisividad y falta de control contribuye a promover la destrucción de los recursos naturales e impactar a las poblaciones donde se asientan los yacimientos.

“El drama de Belén hoy se repite. Hay quienes no tienen lugar porque se les niega el derecho a la vida antes de nacer, así como existen ancianos que sufren el desalojo y alejamiento de su propia familia. Hay familias que por la inseguridad y la violencia sufrida pierden su casa y sus bienes. Y de no tomarse en serio el cuidado del suelo, el aire y el agua muchos más quedarán sin un lugar para vivir”, dice el documento.

En la vida cotidiana, cuando alguien puede llegar a tener una casa propia se esmera para hacerla habitable, trata de mejorarla cada día y no permite que alguien la arruine o destruya. Así tendría que ser nuestra relación con la naturaleza que nos cobija, tanto más para aquellos que vivimos en este rincón maravilloso del planeta: la Patagonia. Un lugar ciertamente muy codiciado por ser aún natural, por no haber sido dañado por la mano del hombre, por ser uno de los reservorios de agua dulce más importante del mundo. Es por eso que nos preguntamos: ¿Qué intenciones pueden inspirar a ciertos proyectos que terminan transformando una naturaleza llena de vida en tierra de muerte? La explicación posible parece ser la búsqueda del lucro inmediato sin alguna preocupación por el futuro. Esta actitud no tiene en cuenta el bien común y prioriza el interés de unos pocos en desmedro de las necesidades de la familia humana de hoy y de mañana”, señala.

“Constatamos que con frecuencia las empresas que obran así son multinacionales, que hacen aquí lo que no se les permite en países desarrollados o del llamado primer mundo. Generalmente al cesar sus actividades y al retirarse dejan grandes pasivos humanos y ambientales, como la desocupación; pueblos sin vida, agotamiento de algunas reservas naturales, deforestación, empobrecimiento de la agricultura y ganadería local, cráteres, cerros triturados, ríos contaminados y algunas pocas obras sociales que ya no se pueden

sostener. La pesca y la minería son actividades necesarias, nobles y dignas de ser aprobadas, siempre que se ejerzan evitando la depredación impune y la contaminación. Hay que cultivar la tierra, sin intoxicarla y sin agotarla. Todas las actividades productivas y extractivas, deben respetar un determinado orden inscrito en las leyes y en la finalidad de la naturaleza para que no se vuelvan contra el hombre. Debemos entonces ser consientes y estar preocupados por las consecuencias de la actividad del hombre, sobre los frágiles equilibrios del planeta. La afirmación del Evangelio que estamos comentando, es dramática y muy triste: ‘no había lugar’, más dramática y triste cuando es producto del egoísmo humano y de una ausencia total de solidaridad” añaden.

09/12/2009 13:42. lavoznacionalista #. ACTUALIDAD NACIONAL

http://lavoznacionalista.blogia.com/2009/120905-declaracion-de-obispos-patagonicos-sobre-los-perjuicios-de-la-mineria.php

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