sábado 30 de abril de 2011 La mineria a cielo abierto amenaza el histórico enclave de San Luis de Potosí, en México. Desde hace quince años asociaciones y vecinos le plantan cara a la canadiense Minera San Xavier, sin que las batallas legales ganadas hayan logrado frenar el proyecto.

En Cerro San Pedro se pueden usar a diario 32 millones de litros de agua pura del valle de San Luis para ser mezclados con 16 toneladas de cianuro y hasta 25 toneladas diarias de explosivos para tumbar entre 70 mil y 80 mil toneladas de montaña y subsuelo al día.

Por Redaccion Otramérica

La pelea contra la explotación minera a cielo abierto siempre es una lucha titánica. Pero en el caso de Minera San Xavier, en San Luis de Potosí (México), las razones de esa descripción se multiplican.

Esta es una lucha titánica por el tiempo transcurrido, una batalla legal y social que arranca cuando en 1995 la compañía minera canadiense Metallica Resources Inc., a través de su filial Minera San Xavier (MSX), adquirió la concesión para explotar las reservas de metal precioso en lo que fuera el antiguo Potosí de la Nueva España. Una concesión ubicada en Cerro de San Pedro, histórica población fundada en 1592, en una zona declarada en 1993, por el Gobierno mexicano, como zona de restauración y preservación de la vida silvestre por 20 años. El primer proyecto, finalmente modificado en parte, pretendía reubicar a toda la población de San Pedo, la desaparición del poblado histórico y de templos declarados monumentos nacionales, que pretendían ‘cambiar de sitio’. La minería a cielo abierto es una de las formas extractivas más destructoras e implica la lixiviación de los terrenos con un uso masivo de cianuro mezclado diariamente con millones de litros de agua.

Titánica ha sido, y es, la batalla legal, ganada en dos ocasiones ya sin que haya supuesto la paralización de la explotación. Tras casi cinco años de litigio, un tribunal colegiado estableció mediante sentencia que el proyecto de MSX era violatorio de la legislación ambiental vigente y que ni de forma condicionada podría operar en Cerro de San Pedro. Luego de un año de apelaciones por parte de la empresa, la sentencia se ratificó y quedó firme en 2005. Dio igual, el 10 de abril del 2006 la SEMARNAT (Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales), extendió ilegalmente una nueva autorización a la empresa. Autorización de nuevo anulada en 2009. Pero la actividad de la minera sigue y ya han desaparecido dos montañas históricas y sepultado bajo los escombros cientos de hectáreas de terreno protegido.

Titánica por las dimensiones del adversario al que los ciudadanos de San Pedro se oponen, una compañía minera canadiense que cotiza en bolsa en Toronto, con explotaciones en México, Estados Unidos, Australia y Chile. Todo ello con el amparo de sucesivos Gobiernos mexicanos.

Titánica es también la resistencia de los vecinos y asociaciones (organizadas desde 2004 bajo el Frente Amplio Opositor-FAO), por el tiempo transcurrido, por las batallas legales ganadas sin apenas consecuencias, por las amenazas, agresiones, los asesinatos de sus líderes, extorsiones y presiones que han soportado. Por las implicaciones sociales que ha provocado entre la población, rencillas, división de familias, violencia. Lo resume así doña Teodora Rocha, habitante de Cerro de San Pedro: “A la llegada de la minera nuestra vida cambió totalmente… éramos un pueblo unido, había unión en el pueblo, cariño, respeto, y todo eso se perdió. Era un paraíso mi pueblo y ahora vivimos en el infierno, en la incertidumbre… a algunos se les despertó la codicia…”.

Y titánica, sobre todo, por el alcance de las consecuencias de la explotación, en marcha desde hace más de dos años pese a las sentencias judiciales en contra:

  • Desaparición de un kilómetro de montañas e incapacitación de al menos 500 hectáreas de suelo para cualquier otra actividad.
  • Impactos severos sobre especies protegidas de flora y fauna y daños a los monumentos históricos.
  • Impacto adverso hacia 1,300,000 habitantes del valle de San Luis y sus comunidades aledañas.
  • 13 toneladas diarias de explosivos, posteriormente la minera amplio la petición a 25, para tumbar a cielo abierto entre 70 mil y 80 mil toneladas de montaña y subsuelo al día.
  • Del total de roca triturada, el 60% será material de desperdicio.
  • Uso diario autorizado de 32 millones de litros de agua pura del acuífero profundo del valle de San Luis para ser mezclados con 16 toneladas de cianuro. Eso en un área con graves problemas de agua.
  • El resultado, al final del proyecto, será de un tajo de 1,5 de kilómetros de diámetro por 300 metros de profundidad, además de las enormes montañas de jales mineros

Titámicas son también las cifras económicas, decantadas solo hacia un lado. La MSX  ha declarado que a lo largo de su proyecto daría un máximo de 200 empleos directos, reservando sólo 50 a trabajadores locales. Frente a esta irrisoria “generación de empleos”,  la MSX esperaba obtener al cierre de la mina 1,500,000 onzas de oro y 47,175,000 onzas de plata (cada onza de oro vale 1.565 dólares a abril de 2011).

Como asegura, Juan Carlos Ruiz Guadalajara, uno de los portavoces de FAO, Cerro de San Pedro no se trataba de un proyecto más para reactivar la minería; se trata de un proyecto terminal que dejara en un muy breve lapso daños severos e irreversibles al entorno ambiental de todo el valle de San Luis y al patrimonio histórico de la México.

http://otramerica.com/causas/la-titanica-pelea-de-san-luis-de-potosi/153

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