La Carbonífera de Coahuila: ¡Expectativas de crecimiento!

por | Oct 21, 2011 | 1 Comentario

FEDERICO MÜLLER

Friday, October 21, 2011

Una de las regiones más deprimidas económicamente del estado de Coahuila, México, se localiza al noroeste de la ciudad de Monterrey N.L., aproximadamente a 350 kilómetros de esa localidad. Sus principales centros de población tradicionalmente han sido: Nueva Rosita y San Juan de Sabinas. Su vida económica se ha centrado en los recursos que generan la «artesanal» explotación minera (carbón), el comercio y en menor escala los servicios. Su futuro no es muy halagüeño porque desde hace ya varios años sus tasas de crecimiento urbano han disminuido paulatinamente, y la tendencia apunta inexorablemente, en el mediano plazo se convertirán en pueblos fantasmas como ha ocurrido con otros enclaves mineros del país; aunque, con una relevante diferencia, su vulnerable situación económica y demográfica, no está en función de la existencia del recurso natural, como la historia económica lo señala, para el resto de las poblaciones mineras nacionales, mediante el clásico «axioma» económico: «al agotarse los recursos mineros, también terminaban las inversiones productivas y los pueblos desaparecían de la faz de la tierra…»

Nueva Rosita y San Juan de Sabinas consideradas por los optimistas como un par de risueñas poblaciones de la Región Carbonífera, comparten con otras localidades, aunque menos agraciadas por la madre naturaleza, el carbón. Agujita, Barroterán, Cloete, Las Esperanzas, Palaú, asentamientos en donde sus habitantes, muchos de ellos mineros soportan estoicamente las elevadas temperaturas en los tajos y socavones, y adicionalmente, ya fuera de las minas, en sus viviendas, mitigándolas con ventiladores de ruidosas aspas y enfriadores de agua.

Son varios los factores sociopolíticos, locativos y económicos causantes del abandono a su suerte de sus recios y hospitalarios moradores, sólo citaremos dos, por considerarlos los más relevantes.

EL FACTOR POLÍTICO

Fuera del discurso político, tachonado de demagogia e ignorancia de la realidad económica regional y mundial, a que nos tienen tan acostumbrados los políticos. Hasta la fecha, y por largos años, la Región Carbonífera ha permanecido al margen de los planes y programas de desarrollo económico estatales y federales. La voluntad política se ha limitado a programas asistenciales de corte social movidos generalmente por intereses electorales.

Han brillado por su ausencia la formulación de proyectos de gran envergadura, rentables y factibles de aprovechar los recursos naturales de la región con un alto impacto en el incremento de los ingresos de las familias, no solamente afincadas en esos lugares sino que logren cambiar el status de la región de expulsora a un polo de desarrollo atrayente, para los trabajadores productivos de otros sitios. Por ejemplo: Centrales de energía de ciclo combinado; plantas de energías alternas o empresas constructoras de carros y máquinas de ferrocarril, que indudablemente requieren de redes de comunicación seguras y rápidas con los puertos mexicanos del Pacífico y Golfo de México. Es una realidad las regiones incomunicadas o semi-aisladas están destinadas al olvido y al endeble progreso económico. Basta recordar aquel popular refrán, todos los caminos conducen a Roma, sin duda como una deferencia a los emperadores y generales romanos por las rutas trazadas entre la capital del imperio y sus colonias.

LA INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA (IED)

Factor de cambio y detonante del crecimiento económico. En Coahuila, quizá con la excepción de la Región Laguna, la IED ha sido la palanca de desarrollo de las actividades productivas en algunos de sus municipios como Ramos Arizpe y Saltillo. Desafortunadamente en la Región Carbonífera los capitales extranjeros no han participado, a gran escala, como lo han hecho en los municipios con vocación similar del estado de Zacatecas. Las razones pueden atribuirse a la baja rentabilidad de explotar carbón, falta de incentivos gubernamentales o al aislamiento geográfico de la zona. Estos estructurales factores, y desde luego otros, han configurado un sui generis esquema de mercado conformado por pequeños productores mineros y dos grupos industriales multinacionales. Uno de ellos cubre todo el proceso de industrialización del carbón hasta convertirlo, después de algunas mezclas con otros minerales, en acero con diferentes presentaciones. A la vez, también compra la producción de otros pequeños empresarios de la región. El otro gran comprador es una empresa paraestatal, que lo utiliza como insumo (combustible) para generar energía eléctrica.

En economía se le llama duopsonio, cuando en un mercado se presentan sólo dos compradores, en el caso de Coahuila, el esquema se asemeja al que explican los manuales de microeconomía, por supuesto con matices y diferencias. Si existen pocos compradores los productores tienden a perder poder de decisión en las negociaciones para fijar los precios, y generalmente los determinan los grandes demandantes de la materia prima; obviamente, que consideran el precio internacional del mineral.

¡EXPECTATIVAS DE SOBREVIVENCIA DE LA REGIÓN!

La escasa competencia, la baja productividad de los trabajadores, las obsoletas técnicas de explotación, la calidad del mineral, la tímida regulación gubernamental, las barreras arancelarias de importación de los Estados Unidos al acero nacional; la participación apabullante de China en el mercado internacional y nacional y las grandes innovaciones y reconversiones industriales mundiales que paulatinamente han desplazado al acero por otros materiales más competitivos; y para documentar nuestro optimismo. El dióxido de carbono que se produce al quemar carbón contribuye severamente al recalentamiento global del planeta. Esos factores reducen las expectativas de crecimiento y de sobrevivencia de la Región Carbonífera de Coahuila, las opciones que les quedan a los jóvenes oriundos de esas latitudes es abandonar el terruño en busca de oportunidades remunerativas de trabajo en el mercado estadounidense o incorporarse a las maquiladoras del norte del país. A pesar de haber nacido en la Cuenca de Sabinas, la más importante del país, pues aporta cerca del 90 por ciento de la producción nacional de carbón. Esas grandes paradojas de la economía nacional sólo suceden con la raza cósmica o síntesis que concibió el maestro oaxaqueño Don José Vasconcelos Calderón, quien alguna vez dijera…»Por mi raza hablará el espíritu»…

http://www.eldiariodecoahuila.com.mx/notas/2011/10/21/carbonifera-coahuila-%C2%A1expectativas-crecimiento!-259409.asp

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