Publicado el sábado 10 de diciembre de 2011
Chile y Perú son los países que más capital humano cualificado demandan
La necesidad urgente de crecer en un sector en auge, una oportunidad para los parados europeos
Carlos Álvaro.– El sector minero latinoamericano, en potente auge en los últimos años, carece del número suficiente de profesionales cualificados y de técnicos para mantener su ritmo de expansión. En un momento en el que se multiplican las inversiones en este segmento de la economía, clave para varios países, las potencias mineras de la región, Chile y Perú, buscan en el exterior el capital humano que les falta, ante el temor de que el déficit de titulados entrañe a corto plazo un parón en los proyectos empresariales previstos, con graves perjuicios económicos. Se trata de una buena oportunidad para los ingenieros, geólogos y técnicos españoles que no encuentran trabajo en un país azotado por el paro, así como para los titulados que buscan mejorar salario y condiciones de vida fuera de España, donde la minería no es ya uno de los puntales del PIB.
La carencia de profesionales en el sector minero afecta principalmente a Chile, Perú y Brasil, pero el problema crónico de falta de capital humano profesional y técnico alcanza también a países que aspiran a desarrollar con fuerza su minería y convertir el sector en un protagonista fundamental de su desarrollo, como Colombia y Ecuador, que comienzan a requerir ingenieros y técnicos extranjeros para evitar un parón en sus planes de exploración y explotación.
Los propios organismos mineros latinoamericanos e internacionales apuntan a la falta de profesionales cualificados y a la carencia de equipos técnicos solventes como una de las principales trabas para el sector en una región de creciente importancia minera. Excluyendo petróleo y gas, segmento que copa las tres primeras posiciones del ránking de multilatinas (la brasileña Petrobras, la mexicana Pemex y la venezolana PDVSA) y sitúa a 10 firmas entre las 50 primeras transnacionales regionales, la industria minera se muestra como uno de los sectores con mayor proyección empresarial (la brasileña Vale ocupa el cuarto puesto entre las translatinas y la chilena Codelco el 20, y se espera que en el período 2009-2015 la inversión sume 250.000 millones de dólares en el área en esta actividad.
Según el último informe sobre el sector minero global elaborado por la firma Deloitte, Tracking the Trends 2011, la industria minera, que vive un momento de fuerte expansión planetaria, con unos precios internacionales de las commodities muy elevados, afronta diversos factores adversos, como la dificultad para obtener permisos para la explotación de nuevas reservas mineras y… la contratación de mano de obra calificada.
El problema, además, se agiganta por la circunstancia de que a que este tipo de capital humano (ingenieros y especialistas) se les exige cada vez mayor número de conocimientos para complementar su formación: ya no basta con poseer las nociones intrínsecas a las carreras de minería y geología, sino tener también cierta especialización en altas tecnologías, gestión y política medioambiental.
Carencia dramática en Perú
En Perú, la falta de profesionales en el sector minero es dramática. Y no sólo de altos ejecutivos y especialistas. Entidades públicas y privadas han comenzado a dar la alarma y a señalar que en los próximos dos años la falta de trabajadores podría ralentizar el desarrollo de un sector clave para la economía. La propia Administración apunta que el déficit de mano de obra alcanzará proporciones críticas en 2013, fecha en la que la actividad pública y privada podría comenzar a sufrir retrasos en proyectos y planes de inversión. La minería, que da trabajo hoy a unas 120.000 personas en Perú, necesitará 40.000 empleados adicionales en esta década debido al auge que vive el sector, con inversiones previstas por 41.000 millones de dólares. En concreto, se precisarán unos 30.000 nuevos trabajadores y otros 10.000 adicionales para reemplazar a quienes se jubilan, según datos del organismo oficial SNMPE.
Así las cosas, Administración y organismos sectoriales han comenzado a pergeñar planes para reducir el impacto de este déficit de mano de obra cualificada y altamente cualificada, recurriendo a corto plazo a la vinculación laboral de profesionales y técnicos extranjeros y, a largo plazo, trazando planes educativos para que el país pueda formar en el futuro un número creciente y suficiente de ingenieros y de técnicos de nivel medio.
De hecho, SNMPE no oculta que la fuente inmediata de mano de obra cualificada será la contratación de extranjeros, tanto de Brasil, Colombia, Bolivia, México o Chile (países algunos de ellos que tienen el mismo problema), como de Europa, EEUU y Australia. La SNMPE, incluso, ha comenzado a evaluar la posibilidad de crear programas específicos destinados a atraer trabajadores extranjeros a Perú, especialmente de la vecina Chile, algo que podría generar una guerra para captar titulados en la región, ya que el sector minero chileno también necesita urgentemente personal cualificado.
Generación de especialistas e importación del extranjero
Según los expertos, en esta competencia por mano de obra cualificada para la minería, Perú dispone con respecto a sus vecinos de una ventaja: su esquema obligatorio de reparto de beneficios con los empleados, ya que las compañías mineras que operan en el país deben pagar un 8% de sus ganancias a los trabajadores.
La nueva Administración Humala es consciente del problema, y también de que, a medio y largo plazo, los empleados extranjeros no son la solución para cubrir una demanda creciente de recursos humanos en el sector, por lo que se ha instado a las instituciones educativas nacionales a tratar de aumentar el número de graduados que deciden trabajar en la minería. En este sentido, la SNMPE ya ha reclamado la creación de un plan de métodos y estímulos para atraer estudiantes a las universidades e instituciones técnicas mineras del país.
Mientras, algunas compañías intentan solventar la situación con la creación de programas propios de capacitación para jóvenes que viven cerca de sus instalaciones o que pueden estar interesados en trabajar en el sector. Es el caso del grupo minero anglo-suizo Xstrata, que pondrá en marcha un programa de formación para habitantes cercanos a las instalaciones de su proyecto cuprífero de Las Bambas, en la región de Apurimac, un proyecto de explotación en el que la firma invertirá 4.200 millones de dólares.
El recurso a la formación de habitantes próximos no es baladí: uno de los problemas a los que se enfrenta el sector es la negativa de profesionales a desplazarse y vivir en regiones alejadas y remotas del país. La lejanía del centro laboral, la dificultad del trabajo en las minas, el desconocimiento del sector, la volatilidad de la actividad y la mala imagen del sector son elementos que explican el bajo atractivo existente para convertirse en profesional, técnico o trabajador minero. A día de hoy, las regiones que demandan una mayor mano de obra en el país son Arequipa, Piura, Loreto y Ucayali, zonas que quedan retiradas del eje poblacional capitalino Lima-El Callao.
Situación crítica en Chile
Y el problema no es sólo peruano. El sector minero de Chile, involucrado en inversiones millonarias para apuntalar y desarrollar el crecimiento en el futuro de una actividad que representa el 35% de su PIB, tiene también un crónico déficit de capital humano y busca, asimismo, profesionales. El problema es tanto más acuciante cuanto que Chile, que trata de aprovechar el incremento de los precios de las materias primas, tiene hoy una de las carteras de proyectos de inversión en minería de cobre más importantes del mundo. Si quiere cumplir sus compromisos, Chile tendrá que reclutar un número creciente de titulados y especialistas para cubrir las necesidades en los próximos diez años, pero también de mano de obra no cualificada. Y no sólo en minería, sino también para acometer los gigantescos proyectos hidroeléctricos previstos.
Como en Perú, el número de ingenieros y técnicos especialistas en minería está cerca de llegar a niveles críticos: Chile precisa cubrir en los próximos cinco años cerca de 23.000 vacantes (de ellas 6.000 profesionales) para impulsar unas inversiones previstas por 55.000 millones de dólares, de ellos 15.000 millones procedentes sólo de la estatal Codelco, el primer grupo cuprífero. Y según los observadores, es altamente improbable que haya suficientes trabajadores calificados para ello en el país. De hecho, expertos como la consultora Mercer temen que el déficit de especialistas en minería, metalurgia extractiva y geología se haga ya acuciante el año que viene, en 2012.
A día de hoy, en las universidades chilenas que imparten la carrera de ingeniería en minas ingresan cada año sólo 150 estudiantes, un número insuficiente para cubrir la demanda de profesionales cualificados de este segmento. De hecho, el crecimiento de la actividad minera chilena se ha multiplicado por cinco en las dos últimas décadas, mientras que los licenciados en minas sólo han aumentado un 1,5.
Guerra por hacerse con titulados
La solución al déficit de profesionales no se resolverá a corto plazo y las compañías podrían ver paralizados o retrasados los proyectos a menos que echen mano de profesionales extranjeros. De momento, los grandes del sector minero chileno sostienen una guerra apenas soterrada, disputándose ejecutivos y profesionales y arrebatándose especialistas vía jugosos contratos. Este mismo año el gigante Codelco fichó para uno de sus puestos clave a Jorge Gómez, vicepresidente de operaciones de Antofagasta Minerals, encargado ahora de las divisiones de la firma estatal en El Teniente, Andina y Ventanas. Y esa misma situación se produce también con otros puestos cualificados de menor nivel.
En Chile, como en Perú, al déficit en origen de profesionales (ingenieros de minas, geólogos…) se suma el hecho de que muchos de los eligen esas carreras optan tras sus estudios por ejercer otro tipo de actividad, debido a las duras condiciones personales y familiares que impone el trabajo en empresas mineras, con instalaciones alejadas centenares de kilómetros de las principales ciudades, lo que obliga a largos desplazamientos y a prolongadas ausencias de casa, y a menudo con una meteorología adversa, dura e inhóspita (altura, calor…). Por ello, y a pesar de que los salarios son atractivos (la escasez de personal ha hecho que los sueldos sean mucho más altos que en otros sectores), el poco atractivo entorno para trabajar en la minería disuade y ahuyenta a una mayoría de profesionales nacionales.
Ante esta situación, tanto Codelco como otras firmas, entre ellas Downing Teal Chile, han comenzado a recurrir a la contratación de extranjeros y a exigir un esfuerzo en educación a la Administración. Señalan que en el horizonte inmediato comenzarán a acometerse proyectos de gran envergadura para los cuales hay pocas personas cualificadas hoy en el país. Algunas compañías ya han comenzado a acudir a colegios y universidades para divulgar las bondades del sector minero y tratar de crear vocaciones, además de aumentar su inversión en laboratorios de investigación y concesión de becas, bajo la máxima de que la vinculación entre el sector y las universidades es clave para lograr que crezca el capital humano especializado en el futuro.
Según Minería Chilena, en el sector se teme un déficit de más de 12.000 trabajadores, desde mineros hasta técnicos e ingenieros. «Los profesionales que más se necesitarán son ingenieros con especialidad en metalurgia y experiencia en minería subterránea, además de ingenieros en minas y geólogos y es muy probable que no haya esta cantidad de especialistas calificados en Chile» a corto y medio plazo. Por ello «tanto las mineras como sus proveedores están desarrollando importantes esfuerzos, creando centros de capacitación, estableciendo convenios con centros de formación técnica, institutos profesionales y universidades». Todo ello además de reclutar personal especializado más allá de las fronteras de Chile, en Brasil o Canadá y… ¿por qué no? España.
Problemas en Brasil y Colombia
Brasil adolece de un problema similar: el país no forma la cantidad suficiente de ingenieros de minas, geólogos y técnicos del ramo ni expertos en nuevas tecnologías. Su industria minera se disputa con la petrolera, la aeronáutica y otras los licenciados más brillantes. Y la contratación de especialistas extranjeros para cubrir las necesidades de personal cualificado es ya un hecho. El gigante económico latinoamericano se trae de fuera los técnicos e ingenieros que faltan a golpe de talonario, ofreciendo salarios muy competitivos, ya que la falta de mano de obra cualificada ha comenzado a amenazar seriamente algunos proyectos. El consorcio minero Vale, una de las grandes multinacionales regionales, ha comenzado al mismo tiempo que echa mano de ingenieros de otros países a crear sus propios cursos de capacitación, destinando en 2011 unos 100 millones de dólares a la formación de directivos y especialistas de niveles medio y superior.
En Colombia, los foros educativos y profesionales también han dado la voz de alarma. Ya el año pasado, el Foro de Seguimiento a Graduados destacaba que el país necesita más profesionales que se especialicen en el sector minero-energético para suplir la demanda requerida, un problema que se ha hecho más acuciante a la luz del nuevo plan nacional de desarrollo (las cinco locomotoras) lanzado por el presidente Juan Manuel Santos, y que contempla inversiones multimillonarias en casi todos los sectores, desde infraestructuras a minería. En un reciente panel dedicado a la cuestión laboral en el sector minero-energético, organizado por el Ministerio de Educación Nacional, quedó claro que cada vez hay menos profesionales y es más difícil encontrar personas con las carreras y los conocimientos concretos que exige esa área y que la demanda crece más rápido que la oferta en esa industria.
Según la Cámara Colombiana de Minería, el aumento de la exploración y producción de hidrocarburos y minerales en el país en los últimos años ha generado una mayor demanda de mano de obra cualificada y no cualificada, y ésta ha desbordado la oferta. Este organismo indica que «el sector demanda más especialistas en geología, ingeniería de minas y asuntos relacionados con materia ambiental y social» y ha pedido que las universidades estimulen estos programas. Ante la escasez de oferta de mano de obra, las empresas del sector recurren ya personal procedente de Venezuela y Brasil.
Argentina también busca ingenieros
Ecuador es también consciente de que carece de profesionales suficientes en algunas áreas prioritarias como minería, petroquímica, metalurgia, recursos hídricos y recursos forestales. Esta alerta ha propiciado un debate en torno a la necesidad de mejorar el sistema educativo en el país para evitar un parón en algunos sectores en los próximos años, aunque de momento la contratación de profesionales extranjeros no es tan alta como en las naciones vecinas.
Por su parte, Argentina también acaba de tirar de la alarma: el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández ha señalado que el país presenta un enorme déficit de todo tipo de ingenieros para afrontar la expansión económica. Según un estudio presentado a la mandataria, el país sólo tiene 100.000 profesionales en ingeniería, lo que comienza a poner en aprietos a las principales empresas. En Argentina se licencian 700 abogados por cada un ingeniero y el principal centro de formación del país, la Universidad de Buenos Aires gradúa una media de 5.000 ingenieros al año cuando las necesidades anuales son de 20.000. Así las cosas, Argentina, como Brasil, ha hecho un llamamiento a profesionales extranjeros para que acudan a trabajar al país.
Una buena opción para cruzar el charco
La situación se repite en muchos países ajenos a Latinoamérica, lo que dificulta aún más la contratación de especialistas en esa región, y puede convertirse en una inmejorable oportunidad para ingenieros y técnicos procedentes de países que, como España, carecen de grandes grupos y actividad minera intensiva y puntera, y en los que las salidas profesionales en el sector están copadas. Incluso en naciones con tradición y empresas mineras importantes, como EEUU y Australia (no es el caso de la potencia minera mundial, Canadá), se están cerrando carreras universitarias vinculadas a la minería, lo que añade presión a Latinoamérica, ya que muchos de sus profesionales son requeridos y tentados por empresas mineras de otros países.
Recientemente, en sus perspectivas mineras para 2012, los expertos de BNamericas destacaban que «la escasez de profesionales (ingenieros de minas, geólogos, metalúrgicos y técnicos) y la baja tasa de estudiantes matriculados en estas carreras continúa siendo un problema estructural que atraviesa a toda la industria, especialmente en Latinoamérica, concitando gran preocupación entre los expertos del sector». Y apuntaban que el bajo uso de la tecnología, específicamente el uso de soluciones tecnológicamente avanzadas que permitan a ingenieros, geólogos y técnicos realizar funciones a distancia, es otro de los talones de Aquiles que presentan las estrategias de las firmas mineras latinoamericanas para captar y mantener profesionales.
Según este análisis, el actual boom de buenos precios de las materias primas ha disparado y seguirá disparando en los próximos años las inversiones en el sector minero, hecho que combinado con la escasez de técnicos y profesionales mineros, se ha traducido y probablemente seguirá haciéndolo, en elevados salarios. Hoy un ingeniero en minas recién titulado y sin experiencia previa recibe ofertas que promedian los 2.700 dólares brutos mensuales en la región latinoamericana. Una potente razón para que los ingenieros y personal cualificado español se interese por cruzar el charco en estos tiempos de crisis.