Wirikuta: entre la plata y lo sagrado

por | May 23, 2012 | 0 Comentarios

  • Fuente: 24 Horas/Gabriela Rivera
  • 24 mayo 2012
  • Pese a que la mayoría de los habitantes sobrevive con 60 pesos diarios y que con la reapertura de la mina Santa Ana es una gran oportunidad, hay quienes piensan que el proyecto atenta en contra de un territorio sagrado para el pueblo huichol.
    • Inocencia. Los niños juegan con los viejos utensilios de la minera y otros juegan en las calles empedradas antes de que oscurezca para entonces regresar a sus casas a ver televisión. Foto: Vanguardia-Archivo

Uno de los servicios más solicitados por los viajeros que llegan a Catorce son los paseos por el desierto. Para ello, Don Juan ofrece su willys -como llaman en la zona a un tipo de camionetas todo terreno-, en la que lleva a los extranjeros al desierto en busca de peyote; el costo de cada viaje es de 500 pesos, aunque puede variar según el número de personas.

“No me sale porque no hay turistas todos los días de la semana y además me traen de encargo porque no estoy en la asociación de willys de la zona, entonces no me dan todo el trabajo que nos cae o luego me andan diciendo que me van a quitar la camioneta porque no tengo permiso para trabajar”, narra el hombre sentado en una banqueta polvosa mientras espera el caer de la tarde sobre Catorce.

Los niños juegan en las calles empedradas antes de que oscurezca para entonces regresar a sus casas a ver televisión. Sólo se observan unos cuantos pobladores que caminan en busca de víveres o van de regreso a su casa; el calor disminuye y el aire frío comienza a sentirse en los brazos y en la cara; al llegar la noche algunos usan ya sus chamarras y otros hasta bufanda.

Cuando son las 10 de la noche el último restaurante cierra sus puertas y en la calle la luz ilumina las viejas casas de piedra caliza rosa.

PLATA, EL METAL DE LA DISCORDIA

El municipio de Real de Catorce, ubicado al norte de San Luis Potosí, nació por la explotación de vetas de plata que encontraron los españoles Sebastián Coronado y Manuel Martínez en 1773.

Con el descubrimiento de los yacimientos se construyeron las haciendas y alrededor de ellas se instalaron las viviendas de los trabajadores y sus familias. El municipio de Real de la Purísima Concepción de Catorce —como se llamaba en el Siglo 18—, se convirtió así en uno de los principales productores de plata de la Nueva España.

Antes de los primeros años del Siglo 19, la zona llegó a albergar hasta 14 mil habitantes. Después de la Revolución Mexicana inició el declive y las minas comenzaron a cerrar.

Las ruinas de las viejas haciendas se convirtieron en la base para las casas de los mineros que permanecieron en el lugar.

La última mina que sobrevivió fue la de Santa Ana, que paró la extracción en 1991, en medio de la caída de los precios internacionales de la plata. “Eran tan bajos que ya no salía el negocio”, cuenta Ricardo Flores Rodríguez, gerente del proyecto de la mina Santa Ana, que operará la empresa Real Bonanza, con recursos de la canadiense First Majestic Silver.

“Mi esposo trabajó en la mina, yo trabajé en el restaurante y atendíamos a los ingenieros, a los trabajadores. Teníamos nuestro ingreso, pero desde que se cerró la mina nos ha ido mal porque es la única fuente de empleo”, recuerda María Ausencia.

Don Juan también trabajó en la mina, en la zona de carga, ahora —dice— no regresaría a trabajar, pero “hay mucha gente que sí lo necesita y la minera debe volver a abrir”.

La reapertura de la veta provocó la inconformidad de una parte de la población mestiza, las comunidades huicholas y grupos de activistas en varios estados del país. Aunque con matices, el principal argumento en contra del proyecto es que está ubicado dentro de la Reserva Natural de Wirikuta, que comprende la ruta sagrada de los wixárikas, como también se conoce a los huicholes, que cada año acuden al cerro del Quemado como parte de un antiguo ritual.

Sobre las manifestaciones de rechazo de grupos de activistas en ciudades como la capital del país, María de Jesús señala: “ellos están allá en México diciendo un montón de cosas pero no vienen a ver nuestra situación y la necesidad que tenemos de un empleo”.

“Con todo respeto, los huicholes no viven aquí y tampoco saben qué es lo que necesitamos. Son buenas personas, pero deben entender que en la reserva necesitamos trabajo y no se puede quedar así, sin trabajar”, añade Abraham, un guía de turistas de la zona.

“Lo malo es que nosotros no tenemos dinero para salir en los medios, hacemos nuestra lucha desde aquí donde no todos nos escuchan”, dice María Ausencia.
Una de las posturas más férreas en contra del proyecto minero es la del sacerdote del pueblo, Ernesto Vega, quien en declaraciones a diversos medios ha manifestado su descontento por la división que ha provocado entre la población y quien además desconfía de las promesas de la empresa de crear empleos y proteger el medio ambiente.

1773 año en el que los españoles Sebastián Coronado y Manuel Martínez encontraron vetas de plata y es así como al lugar lo llamaron Real de la Purísima Concepción de Catorce.

EXCLAMA

Con todo respeto, los huicholes no viven aquí y tampoco saben qué es lo que necesitamos los habitantes. Son buenas personas, pero deben entender que en la reserva necesitamos trabajo y no se puede quedar así, sin trabajar”.

Abraham, guía de turistas de la zona.

SABÍAS QUE…

Con el descubrimiento de los yacimientos en 1773 se construyeron las haciendas y alrededor de ellas se instalaron las casas de los trabajadores y sus familias.

El municipio de Real de la Purísima Concepción de Catorce –como se llamaba en el Siglo 18-, se convirtió así en uno de los principales productores de plata de la Nueva España.

Antes de los primeros años del Siglo 19, la zona llegó a albergar hasta 14 mil habitantes.

Después de la Revolución Mexicana inició el declive y las minas comenzaron a cerrar.

  • Fuente: 24 Horas/Gabriela Rivera

mb

http://www.vanguardia.com.mx/wirikutaentrelaplataylosagrado-1294038.html

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