Wirikuta: más que una “Reserva Minera Nacional” por remamx | May 27, 2012 | Uncategorized | 0 Comentarios Es una zona sagrada para los huicholes de San Luis Potosí Autor: Carlos Villa Roiz Desde hace siglos, los habitantes de la región mantienen tradiciones que incluyen el consumo de peyote en sus rituales La zona es sagrada desde tiempos ancestralesEn tanto los congresos estatales definen su voto sobre las reformas constitucionales a los artículos 24 y 40, ya aprobadas por la Cámara de Diputados y en Senado de la República, la exacerbada defensa del laicismo impide a veces llamar a las cosas por su nombre, y así, el gobierno federal declaró “Reserva Minera Nacional” a una zona sagrada para los huicholes: Wirikuta, y estudia convertirla en un “Área Natural Protegida” con carácter federal (ANP), dotándola de un presupuesto para su desarrollo y protección de especies como el águila real, sin embargo, este centro ceremonial forma parte de la Red Mundial de Sitios Sagrados naturales de la UNESCO desde 1998. Hay similitud con la declaratoria concedida por el gobierno australiano sobre el “Uluru” también conocido como Ayers Rock, un lugar sagrado para los aborígenes de los pueblos conocidos como Anangu que han habitado esta zona desértica desde tiempos inmemoriales. La denominación actual de esta inmensa roca de nueve kilómetros de contorno y 2.5 kilómetros debajo del suelo es “Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta” y desde 1989 también figura en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad por parte de la UNESCO y desde 1994 como sitio cultural. Estos títulos parten de la sacralidad de un territorio para los aborígenes, una minoría étnica ciertamente, pero ellos fueron los primitivos dueños de aquellas tierras. A causa de su importancia cultural y religiosa, el Urulu fue devuelto a los aborígenes por el gobierno australiano tras un proceso legislativo y judicial que terminó por reconocer el valor de este santuario natural. En 2001, el Primer Ministro australiano, John Howard, propuso una Moción de Reconciliación al Parlamento, describiendo “el maltrato hacia los indígenas australianos como el capítulo más sombrío de la historia de Australia”. La moción fue aprobada en 2007 y el gobierno de Kevin Rudd presentó oficialmente “disculpas nacionales” a los aborígenes. Al año siguiente, el mismo Primer Ministro presentó disculpas a las “generaciones robadas aborígenes”, en nombre del gobierno australiano. A pesar de estos actos de justicia en Australia, aún se dan algunos problemas entre los aborígenes y los 350 mil turistas anuales que visitan la titánica roca sagrada, quienes bajo una mentalidad muy occidentalizada desoyen las prohibiciones de los nativos y profanan los espacios sagrados, subiendo a la cima de la peña o incursionando en algunas cuevas donde realizan ceremonias religiosas y que están vetadas para los profanos. WIRIKUTA Se calcula que en México hay poco más de 15 millones de indígenas de 68 etnias, y muchas de ellas tienen espacios sagrados en ambientes naturales. Wirikuta, en el desierto de San Luis Potosí, a dos horas a pie desde Real de 14, es uno de ellos. En el corazón de Wirikuta está un cerro conocido como “El Quemado” en el que destaca una especie de meseta y un pico; en la cima, sólo hay pierdas dispuestas en dos círculos en donde los huicholes encienden fogatas. Debajo del monte se extiende el desierto donde crece el peyote, a la sombra de arbustos conocidos como ‘la gobernadora’. La planta, con propiedades medicinales y alucinógenas, ha sido usada por ésta y otras etnias desde tiempo inmemorial y forma parte de su cultura y de su visión religiosa. Dibujos del explorador noruego Karl Lumholtz (1851-1922) demuestran que los huicholes de hace más de un siglo veneraban a la planta en condiciones muy similares a las actuales, como lo testifica el arte que producen estos indígenas. Por otra parte, resulta obvio que el efecto alucinógeno del peyote sea el medio por el cual ellos se comunican con sus antepasados, el “Venado Azul”, “Tatevari”, el “Abuelo Fuego”, entre otras deidades. En un México violento en donde el narcotráfico cobra vidas a diario y el delito es perseguido, los huicholes resultan ser un punto de quiebre porque consumen peyote desde hace siglos con fines rituales y religiosos, como corolario de largas peregrinaciones desde lugares apartados de Jalisco y Nayarit. La planta forma parte esencial de su cultura y el cactus como su blanca flor, son representadas en sus tablas votivas, en su vestimenta y en sus trabajos de chaquira en las jícaras y adornos. Pero más allá de reservas mineras y espacios sagrados, Wirikuta es un estado mental, una experiencia alucinógena íntima a la que sólo pueden acceder los huicholes y sólo ellos. Para acceder a ella se preparan espiritualmente porque ‘el viaje’ es riesgoso y puede orillar al suicidio, pues la droga puede proyectar obsesivamente cosas del inconsciente. Por eso, como parte de su preparación, los huicholes cruzan por cinco puertas mágicas que sólo pueden abrir sus “maracames” o chamanes con los “muviaris”. Cada huichol confiesa públicamente sus culpas anuales y hacen nudos en una cuerda por cada falta, hasta que finalmente la consumirá el fuego purificador en los campamentos nocturnos. Fernando Benítez, uno de los mejores indigenistas que ha dado nuestro país, en “Los Indios en México” se alegraba describe estas ceremonias, pero aunque él se ufanaba de haber accedido a Wirikuta, sólo los huicholes lo pueden hacer, porque nada más ellos pueden hablar con sus antepasados quienes forman parte de su experiencia cotidiana y cultural, ya que mantienen su religión viva, desde tiempos prehispánicos; no obstante, hay un considerable número de ellos que han sido bautizados. Aún así, conservan su bagaje cultural con gran orgullo. El 28 de abril de 2008, el gobierno federal definió, mediante el Pacto Hauxa Manaka, los límites de Wirikuta distribuida en ocho municipios, 16 ejidos y dos propiedades privadas. Se determinó protegerla en consenso con los pueblos indígenas que la consideran sagrada, frente al temor de 72 concesiones mineras en el área, 35 de ellas propiedad de la empresa canadiense First Majestic Silver, misma que legó al gobierno federal 760 hectáreas concesionadas, ubicadas en la zona sagrada. http://impacto.mx/opini%C3%B3n/nota-43131/Wirikuta_ms_que_una_Reserva_Minera_Nacional Comparte: Facebook Twitter Email Pinterest Enviar comentario Cancelar la respuestaTu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *Comentario * Nombre * Correo electrónico * Web Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.