Agencia Reforma
Sábado 23 de junio de 2012
Mazapil. Ricardo Santos es un joven de 32 años, trabaja en una de las minas de Peñoles en Zacatecas; en su mente no puede ni imaginarse a cuánto equivalen 37 billones 42 mil millones de pesos.
“Un chingo de dinero que nunca voy a ver junto en mi vida”, respondió de botepronto.
La Secretaría de Economía (SE) reportó en un informe oficial que la producción de metales para las empresas privadas dejó ganancias multimillonarias al sector en 2010 para Zacatecas.
“La producción minera estatal durante el período enero-diciembre de 2010, con relación a minerales preciosos no ferrosos y minerales no metálicos, fue de 37 billones 42 mil 383 millones 136 pesos, participando con 6.44 por ciento del valor total nacional”, precisó.
“Tendremos que aprovechar el alza de los metales, al brindar confianza para la inversión, repercutir en la generación de nuevos empleos en lugares tan necesitados, donde ninguna empresa va, y detonar así el desarrollo económico de este gran estado”, se expuso en el informe de la Secretaría de Economía denominado Panorama Minero del Estado de Zacatecas.
Además, en la entidad, según la Cámara Minera Mexicana (Camimex), hay 95 empresas que exploran el territorio con posibilidades de encontrar yacimientos de minerales de clase mundial.
“Aquí los mineros tenemos todo, hay yacimientos enormes de calidad mundial”, dijo Humberto Gutiérrez-Olvera Zubizarreta, presidente de Camimex, al externar que la industria genera al país beneficios para 2 millones de familias.
La algarabía del sector contrasta con la visión del académico Arturo Burnes Ortiz, de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), autor del libro El drama de la Minería Mexicana, quien se ha dedicado a la investigación de la minería por más de dos décadas.
“Un verdadero modelo de desarrollo será solamente una quimera si lo que sigue privando es la ganancia económica por encima de todo; los empresarios mineros han insistido en que el gobierno profundice la desregulación, facilitando la privatización y adquisición de los terrenos ejidales”, expresó.
Y, añadió Arturo Burnes, “el interés privado se ha confrontado intermitentemente con los intereses de las comunidades agrarias donde se encuentran los yacimientos; a partir de los años 80, la mayoría de los conflictos se ha dirimido a favor de los empresarios”.
En el estado, según el informe de la Secretaría de Economía, se tienen 2 mil 537 concesiones mineras vigentes al 31 de diciembre de 2010, las cuales cubren una superficie de 2 millones 741 mil 67 hectáreas.
En el mismo documento se establece que sólo la empresa Peñoles Fresnillo, la primera productora de plata en el mundo, genera más de 33 millones de onzas al año; y Minera Peñasquito, filial mexicana de la canadiense Gold Corp., tiene inversiones por mil 590 millones de pesos, con una capacidad de extracción de 130 mil toneladas de mineral al día en Mazapil, en el semidesierto zacatecano.
En 2008, Jaime Lomelí, gerente de la empresa Peñoles Fresnillo, reportó que, a 10 años, tienen expectativa de duplicar la producción de plata de 33 millones a 66 millones de onzas al año y que sólo en 2008 generarían inversiones por 2 mil millones de dólares.
Y mientras la bonanza del sector prevalece, en la Mina San Martín, propiedad de Grupo Industrial Minera México, los trabajadores de esa siderúrgica instalada en Sombrerete están por cumplir cuatro años en huelga, debido –dijeron– a las malas condiciones laborales y a la intromisión de la empresa en la vida sindical.
“Seguiremos luchando por que la empresa de Grupo México nos mejore nuestras condiciones miserables de trabajo y brinde seguridad laboral a los mineros”, dijo Jesús Jiménez, quien fuera dirigente sindical de la Sección 201 en huelga.
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