Roberto Morales / El Economista
Aunque están reguladas y permanentemente supervisadas por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), las empresas mineras no difunden un reporte público de los cuidados al medio ambiente que realizan.
“Se requiere que en la página web de la Cámara Minera de México se pueda consultar cada uno de los avances del cuidado del medio ambiente en las diferentes operaciones mineras”, recomendó Francisco López, presidente de la consultoría en minería López Olivas y Asociados.
Según el consultor, la gran mayoría de las minas de país cumple con las normas en la materia porque uno de los requisitos para operar es contar con el trámite de manifestación de impacto ambiental, con el que se deben comprometer a cumplir varias condiciones preventivas, operativas o de remediación.
La actividad minera es riesgosa y ha provocado grandes tragedias a causa de la violación de normas ambientales o de seguridad. En octubre del 2011, por ejemplo, la Profepa clausuró una mina de oro en Soyopa, Sonora, donde gambusinos habían talado cientos de árboles, además de que usaron mercurio en el refinamiento del metal, lo que pudo haber contaminado el lecho de un arroyo y mantos freáticos.
La Profepa clausuró otras dos minas de mercurio en el 2011 en Querétaro, debido al alto grado de contaminación que generaban y por procesos que ponían en riesgo a su personal.
En la zona carbonífera de Coahuila, ha proliferado la explotación en los denominados pocitos, grupos que al margen de la ley invaden impunemente concesiones de terceros. En una de estas minas murieron 14 trabajadores el año pasado en Sabinas, Coahuila.
http://eleconomista.com.mx/industrias/2012/10/02/persiste-opacidad-medioambiental