Gerardo Rojas González
Jueves 06 Diciembre 2012 – 20 : 17
Gian Carlo Delgado, miembro del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, advirtió que un boom no rebasará los 15 años.
La eventual apertura de una mina para la extracción de oro y plata en el municipio de Tetela de Ocampo podría atraer mayor marginación social a la región, ya que de darse un “boom económico” para la población, éste no superará los 15 años, pero el daño ecológico y financiero será considerable, advirtió Gian Carlo Delgado Ramos, miembro del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En su ponencia en el seminario “Extractivismo minero, saqueo y resistencia social”, llevado a cabo en la facultad de Economía de la BUAP, Delgado Ramos señaló que la concesión de la minera Frisco que pretende explotar en Tetela es de alrededor de 10 mil hectáreas para una empresa del Grupo Carso, propiedad del empresario Carlos Slim Helú.
Sin embargo los perjuicios trascienden al mero proceso de explotación, recalcó el investigador. Cuando la minera se va, se supone que debe hacer secciones de remediación y de preparación del sitio para su clausura, pero lo que sabe es que esos sitios hay que mantenerlos por años, explicó.
“Uno de los datos importantes es que una vez cerrada la industria, todas las camas de roca que fue rociada con cianuro, hay que rociarlas con agua potable o agua pura por más de dos años para seguirlas lavando y aminorar la concentración de cianuro”, lo que representa costos y un daño ecológico que generalmente no se repara.
El especialista detalló que actualmente el 10 por ciento de las ganancias de Carlos Slim son producto de la especulación de la explotación de oro, por lo que el empresario ya está ganando en ese negocio.
Recordó que la industria minera tiende a acabar con los mantos acuíferos –debido al gran cúmulo de agua que demandan– y suelen utilizar cianuro en sus procesos, elemento que es liberado sin control, causando daños irremediables a la tierra y, por tanto, a la producción agrícola.
La minera de Slim en Tetela no sería la vieja minería de pico y palas, sino la gran minería que utiliza grandes maquinarias, yucles que mueven arriba de 50 toneladas o más y que te pueden procesar cientos de toneladas diarias de material.
Otros estragos de la industria del oro y la plata es que normalmente se expropia la tierra a sus propietarios o se presumen concesiones que no cuentan con el aval de los dueños de los lotes.
Una vez concesionada la superficie, toda la actividad minera se hace a puerta cerrada, incluso las autoridades tienen que avisar que harán una inspección, pues no pueden ingresar de manera sorpresiva, so pretexto de que su presencia debe ser anticipada para establecer medidas de seguridad, concluyó.
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