Esposas y viudas de ex trabajadores de la Fundidora consideraron vital para la historia del Estado, rescatar los 86 años de funcionamiento del coloso regio
04 de diciembre de 2012 por Jonathan Tapia Luna
Monterrey, México.- Un grupo de mujeres, que aseguran ser esposas y viudas de mineros que laboraban en Fundidora, exigieron a los diputados locales el rescate del archivo histórico de la empresa que fue cerrada en 1986.
Las féminas consideraron vital para la historia de nuestro Estado que se conserven los documentos de 86 años de contribución al desarrollo industrial de México.
La vocera de familiares de mineros de las secciones 67 y 68, Blanca Herminia Guzmán Gómez, lamentó que la documentación que testimonia la historia de esa gran empresa esté abandonada en cajas de cartón en la escuela “Adolfo Prieto”.
“Cómo va a ser posible que se vaya a perder toda esa historia de más de 80 años, somos esposas y viudas de mineros, eso pertenece a todo el pueblo de Nuevo León , a todo México, pero nosotros como tenemos un gran cariño por esa empresa que se cerró en 1986, necesitamos que esa historia perdure, de lo que fue Fundidora”, comentó.
“Necesitamos hacerlo público, la gente de Nuevo León no sabe que toda la historia de Fundidora está en cajas, cómo va a ser posible, que se dedique presupuesto, que se dedique personal especialmente para resguardar los 80 años de vida que tuvo Fundidora, que dio riquezas y dio mucho acero hasta en otros países”, agregó.
Otra inquietud, abundó, es que a 26 años del cierre de la Fundidora Monterrey, por bancarrota, haya todavía trabajadores sin su pensión de ley, porque toda la papelería está olvidada en cajas.
“Hay muchas personas, ya algunos ya estamos viejos, otros no pueden caminar, otros ya se murieron, pero aquí están esposas y viudas de Fundidora, no es posible que las autoridades, gobernador tras gobernador, no hagan un intento, porque se requiere también capital financiero, gente capacitada para manejar esos documentos”, concluyó.
Las esposas y viudas de mineros fueron atendidas por los diputados José Isabel Meza y Carlos Barona, de Nueva Alianza y el PRI, respectivamente.
