San Juan de Sabinas.- Siete años han transcurrido desde que una madrugada de 19 de febrero de 2006, 65 mineros quedaron atrapados en el interior de la mina ocho de Pasta de Conchos perteneciente a la empresa Minera México al suscitarse una explosión.
Su recuerdo aún está muy marcado entre las familias, a quienes les cambio la vida al perder a su esposo, padre, hijo o hermano.
Aún en poblaciones como San Juan de Sabinas, Rosita o Palaú en la zona carbonífera, está muy marcada la tragedia, pero también sigue con mayor fuerza el anhelo de algunas madres de familia o esposas de entregarle los restos de su esposo a sus hijos, como un gesto de logró.
María Teresa Contreras Rodríguez, una joven mujer de 38 años de edad, asegura lleva en todo momento en lo más profundo de su religión y amor a Dios, el anhelo de lograr que los restos de su esposo José Porfirio Sibrían Mendoza, sean rescatados.
Se trata de una mujer a la que desde la explosión le cambio la vida radicalmente, al transformarse en un de las principales activistas que han invertido gran parte de lo que obtuvieron como indemnización en marchas y movimientos sociales, además de documentación para que no muera la esperanza de que los 65 mineros sean entregados a sus familiares.
Teresa Contreras, quien después de la muerte de su esposo, atravesó por dos duelos más, el de su madre y el de su hermano, los cuales relaciona con la primera tragedia, cree estar marcada por un destino que la vida le deparó, luchar por que se frenen las muertes de decenas de mineros que año con año entre los meses de abril y septiembre se registran en la zona carbonífera del estado de Coahuila.
En entrevista, Teresa aceptó que hasta antes de la tragedia su opinión sobre las situaciones ajenas que no habían impactado a su familia, era muy distinta a la que, a siete años de la muerte de su esposo, ha sobrellevado.
Narra que “desde la tragedia, han sido más de 20 las organizaciones que se han sumado en apoyo a las viudas e hijos que quedaron desprotegidos por un padre”
Reconoce que tanto diversas religiones como los es el Partido Comunista, además de iglesias cristianas, han tratado de mostrar su apoyo pero con el paso del tiempo y al no ver resultados han desistido poco a poco.
Pese a ello, Teresa asegura y ha demostrado tener la fortaleza de seguir adelante hasta tener los restos de su esposo y lograr despedirse como no lo ha podido hacer en siete años, y sólo cada 19 de febrero en los aniversarios luctuosos ha estado lo más cerca posible.
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