La fiebre de la minería extractiva en México atrae a inversionistas nacionales y extranjeros, pero poco reditúa al país: deja pocas ganancias a la Nación, los mineros están desprotegidos y enfermos, y encima dañan el medio ambiente.
Las explosiones no dejan de sonar en Hacienda Nueva, Zacatecas. La minera Capstone Gold trabaja 24 horas al día, al igual que todas las minas que crecen y proliferan a pasos agigantados a lo largo del territorio mexicano. Sólo en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa la inversión extranjera directa en la industria minera aumentó más de 224% que el sexenio anterior, plantea la Secretaría de Economía (SE).
“La minería es una de las actividades productivas más contaminantes. Es inherentemente insostenible, ya que implica el agotamiento de recursos no renovables. La industria minera, una de las más antiguas y de mayor utilidad para el hombre, tiene un alto impacto, en virtud de que afecta el ambiente desde el subsuelo hasta la atmósfera, incluyendo suelos y cuerpos de agua superficiales y subsuperficiales”, asegura el doctor Henry Veltmeyer, profesor investigador en Minería Extractiva en la Universidad Autónoma de Zacatecas.
México es un territorio atractivo para los inversionistas ya que es el primer productor mundial de plata, undécimo y duodécimo de oro y cobre, respectivamente. También es el segundo mayor productor de fluorita, el tercero más grande de bismuto, y el quinto más grande de plomo. La producción minera de México se divide en 21% oro, 20% plata, 14% cobre, 8% zinc y el resto en otros minerales, según datos de la Secretaría de Economía.
“El crecimiento del sector ha sido espectacular en los últimos 15 años, en el contexto de reformas de libre mercado orientadas a la captación de inversión extranjera directa y alentada por el aumento de precios de los minerales” afirma Veltmeyer.
La fiebre de la minería extractiva no sólo embruja a los inversionistas nacionales y extranjeros, que ya se dividen la industria en 60 y 40%, en cada caso, también es atractiva para los jóvenes que deciden trabajar para los grandes emporios de minería extractiva, no obstante los daños a la salud por la inhalación prolongada de compuestos químicos.
DAÑAN SALUD, MEDIO AMBIENTE Y DERECHOS LABORALES
José Antonio es una joven de 32 años, trabaja manejando maquinaria pesada en la mina Capstone Gold desde hace más de dos años. Le gusta su trabajo, lo único que le preocupa es el polvo que sale de la mina subterránea porque puede provocar daño a los pulmones. El cáncer de pulmón, neumoconiosis y silicosis son enfermedades comunes entre los mineros. La minería es una actividad de alto riesgo que hace necesaria una valoración médica cada dos años, pero José Antonio no se ha evaluado por falta de tiempo. Y dice consolado: “Se supone que la mina nos da dinero si detectan algún daño a la salud”.
La vida de José se ha vuelto más ocupada desde que comenzó a trabajar en la mina, cubre dos turnos: de 8 de la mañana a 5 de la tarde y de 8 de la noche a 5 de la mañana. Desde hace siete años esta mina comenzó a ser explotada por la empresa canadiense Capstone Gold. Sin embargo, José Antonio no trabaja directamente para la mina, sino para una empresa que lo contrata anualmente, por lo cual no forma parte de ningún sindicato ni tiene derecho a utilidades ni a la jubilación. La subcontratación es una forma de trabajo muy común en la minas ya que reduce costos de operación y evita la sindicalización.
En Mazapil, Zacatecas, municipio semidesértico de muy alta marginación, la apertura de la mina de oro más grande de México por la empresa canadiense Gold Corp, ha provocado problemas debido a las grandes cantidades de agua que utiliza para los procesos de lixiviación, dejando a la comunidad sin suficiente líquido para realizar sus pequeñas actividades agrícolas.
De igual forma en Oaxaca, la minera Cuzcatlán, filial de la canadiense Fortuna Silver Mines, ha provocado fuertes protestas por parte de la comunidad debido a los daños a la salud y medio ambiente provocados.
Otro caso de resistencia a la extracción de minerales es Wirikuta en el Estado de San Luis Potosí, en donde la minera canadiense Firsit Majestic amenaza a la comunidad huichol y su legado histórico. Además, éstas y otras comunidades argumentan que las mineras se llevan la riqueza y los recursos naturales sin beneficios para la población local.
Un ejemplo vivo de las enfermedades consideradas de trabajadores en países en desarrollo es Juan Pisañas , quien laboró 15 años en una mina cercana a su comunidad, Hacienda Nueva, se jubiló cumplidos los 35 años y hoy día, a los 61 años, padece silicosis, enfermedad de los pulmones por inhalación de polvos producidos en la mina.
De todas las actividades económicas, la minería es la que causa más efectos negativos en la salud y enfermedades que pueden reducir la esperanza de vida hasta en 15 años, según la Organización Panamericana de la Salud.
La riqueza por la extracción de minerales se distribuye de manera poco equitativa: de acuerdo con la SE, Zacatecas es el principal productor de minerales, no obstante se encuentra entre los 10 estados con más bajo desarrollo humano del país, afirma el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
ALTAS CONCESIONES FISCALES
Además, el régimen fiscal en México es altamente permisivo para los emporios mineros ya que el gobierno no cobra derechos sobre productos minerales. Las mineras tampoco pagan impuestos estatales ni municipales.
Henry Veltmeyer afirma que “por presiones del Banco Mundial en México se eliminaron por completo el régimen de regalías de la Ley de Minería desde 1991, el cual es común en la industria en todas partes del mundo. Y el sistema impositivo en México solo impone el pago de 1.2% sobre el valor del producto exportado”. Encima, no hay evidencia alguna de que las empresas transnacionales hayan cumplido con el pago de impuestos.
Desde estos cambios a la ley minera, miles de concesiones han sido repartidas por el gobierno mexicano en su mayoría a empresas canadienses. Estas empresas trabajan con tecnologías altamente eficientes en términos económicos, aunque fuertemente destructivas para el medio ambiente. Así, desde 2000, las minas han sido capaces de extraer el doble de oro y la mitad de plata, comparado con lo que se extrajo en los 300 años de conquista y colonización, según datos de la Unidad Académica de Desarrollo en la Universidad Autónoma de Zacatecas.
En sus tiempos, Juan Pisañas formó parte del sindicato minero en la ahora extinta Comisión Nacional de Fomento Minero, aunque poco le ha valido para vivir en mejores condiciones su jubilación y vejez, tras los años Juan ha desarrollado enfermedades en los pulmones, riñones y corazón. Además de arrastrar fracturas en cadera, pierna y hombro derecho directamente relacionadas con su trabajo en la mina.
Desde los tiempos de Juan hasta nuestros días, la minería ha sido considerada una actividad de alto riesgo para los mineros, sin embargo, las diferencias radican en la voracidad de la explotación, debido a la alta tecnología que se emplea actualmente; esta explotación es impulsada por los altos precios del oro y otros minerales y por la política pública federal que estimulan esta actividad como prioridad para un modelo de desarrollo que le apuesta a la extracción y exportación de la riqueza natural como estrategia central del gobierno.
http://www.sinembargo.mx/09-04-2013/579050
http://antenasanluis.mx/mineria-en-mexico-la-nueva-colonizacion/