Opinión / Columna

Betty Zanolli Fabila
El Sol de México
20 de mayo de 2013
Hace unos días Belice fue víctima de un despiadado e incalificable culturicidio: una enorme pirámide maya descubierta en 1897 correspondiente al complejo arqueológico Noh Mul, de 30 metros de altura y antigu¨edad superior a los 2,300 años, ubicada en la Península de Yucatán en las proximidades con la frontera mexicana y cuyo apogeo tuvo lugar en el Clásico Tardío, fue destruida por la empresa constructora D-Mar Construction, propiedad del candidato a alcalde de la ciudad de Belice, Denny Grijalva a fin de emplear su grava para el relleno carretero de la zona.

La condena mundial se ha expresado masivamente, sobre todo porque no se trata de un evento aislado sino de una práctica ya recurrente en dicho país. ¿Nosotros seguiremos el mismo camino? Lo pregunto porque a pesar de las múltiples denuncias en contra de los megaproyectos de minería a cielo abierto (MCA) legisladores y autoridades continúan siendo insensibles al reclamo social de quienes advierten sobre los peligros de autorizar este tipo de actividades que ponen en riesgo el patrimonio cultural de una Nación y sobre todo la vida de los seres humanos, fauna, flora, mantos acuíferos y suelo donde se desarrollan.

El más claro ejemplo lo tenemos hoy en día en la zona arqueológica de Xochicalco, «el lugar de la casa de las flores», el centro ceremonial más importante del Epiclásico (650-900 d. C.) que en 1999 fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Localizado al oriente del estado de Morelos en los municipios de Miacatlán y Temixco sobre los cerros de la Malinche, la Bodega y su homónimo Xochicalco, el desarrollo de esta zona fortificada que rindió culto principalmente a Tláloc y Quetzalcóatl tuvo lugar durante el lapso en el cual el poderío de Teotihuacán se debilitaba. De ahí que su estudio sea elemento fundamental para descubrir cuáles pudieron ser las causas que provocaron la caída de la cultura teotihuacana y elemento indispensable para apreciar cómo se produjo el advenimiento del periodo Postclásico en el centro del área cultural mesoamericana, pues como se ha comprobado Xochicalco, Cacaxtla y Tajín sostuvieron una profunda interrelación cultural y comercial cuya comprensión es determinante para la reconstrucción del desarrollo mesoamericano. Sin embargo, Xochicalco, página clave de nuestra historia y quinto sitio arqueológico más importante de México, está en peligro de desaparecer.

Sólo la conciencia social y el compromiso cívico y cultural de las comunidades que habitan en la región, de organizaciones civiles, así como de un sector importante de académicos, principalmente del Instituto Nacional de Antropología e Historia, les ha hecho manifestarse para advertir a las autoridades lo que significaría que las concesiones otorgadas para MCA siguieran adelante en la zona, pues Xochicalco presenta además un grave problema: su subsuelo está conformado por cuevas de lajas de caliza que, a decir de los geólogos y arqueólogos que han estudiado el sitio, con las primeras cargas de dinamita que realizara la empresa minera Esperanza Silver -la que mayoritariamente ha recibido las concesiones por parte del gobierno federal- se vendrían abajo y con ellas sus basamentos y estructuras milenarias. Morelos es uno de los estados más afectados por la destrucción de sus ecosistemas naturales y puede serlo todavía más. De comenzar a funcionar las concesiones mineras, a tan sólo 12 kilómetros de Cuernavaca, se verían afectadas 17 mil hectáreas de terreno y contaminados los mantos freáticos que abastecen a más de 15 comunidades. ¿Podemos creer que hay escasez de agua o bien sólo no la hay cuando se trata de dotar de este líquido a las empresas mineras, que tan sólo en este caso requerirían de 250 mil litros de agua cada hora? Pobladores, activistas, académicos han acudido a la opinión pública y a la Embajada del Canadá. El gobierno de Morelos ha manifestado su rechazo, pero ¿qué han hecho las secretarías de Estado y autoridades involucradas como la del Medio Ambiente y Recursos Naturales, de Economía, de Energía, de Educación Pública y de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural y Pesca o la Procuraduría Federal del Medio Ambiente al respecto? ¿Qué los legisladores? ¿Qué el Ejecutivo Federal? Los proyectos mineros a cielo abierto en Xochicalco y en Tetlama deben suspenderse pero también todos los que fueron autorizados mediante las concesiones otorgadas por las administraciones pasadas. Corresponde al Ejecutivo Federal intervenir de inmediato no sólo porque la herencia cultural, arqueológica e histórica, que hemos recibido de nuestros antepasados y que está bajo nuestra custodia así nos lo reclama sino porque nos lo impone el deber que tenemos hacia nuestros descendientes por cuanto al legado cultural que les transmitiremos y principalmente por el medio ambiente y la calidad de vida que habremos de procurarles. No existe justificación ni derecho alguno que faculten atentar contra nuestra cultura y mucho menos contra la vida humana y la de nuestro hábitat. Xochicalco y México lo reclaman. bettyzanolli@hotmail.com twitter.com/BettyZanolli facebook.com/bettyzanoll

http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n2989202.htm