Archivo Redacción / Quadratín
MORELIA, Mich., 7 de febrero de 2014.- Las empresas mineras que operan
en territorio michoacano y son extorsionadas por la delincuencia
organizada recurren cada vez más a los grupos de autodefensa para
librarse de la extorsión, destaca un artículo que publica este viernes
el portal especializado InSight Crime. De acuerdo con los reportes del
sitio especializado en seguridad, uno de los líderes del movimiento de
autodefensa al que se le conoce como El Americano aseguró que las
mineras que trabajan en Tepalcatepec y Buenavista paran a los grupos
de autodefensa entre tres y cinco dólares por tonelada de mineral de
hierro que sacan de la región con tal de librarse de la extorsión. Los
reportes del polémico dirigente de las autodefensas terracalentana -en
julio de 2013 El Americano protagonizó el rapto de una jovencita en la
comunidad de La Ruana, municipio de Buenavista, que lo enfrentó en su
momento con otro de los dirigentes, Hipólito Mora- coinciden con
denuncias que en su momento hizo la Minera México de que pagaba a los
Caballeros Templarios dos dólares por cada tonelada de mineral
extraído de la región. Para InSight Crime, el perfil de algunos de los
miembros de las autodefensas y las políticas de alianzas y
financiamiento que están comenzando a desarrollar, amenazan al
movimiento michoacano con «colombianizar» el desarrollo del movimiento
y reducirlo a grupos paramilitares que actúan en función de los
intereses de los grupos económicos que operan en la región. Por lo
pronto, destaca el sitio, el movimiento michoacano de autodefensas se
está volviendo mucho más elaborado y «han desarrollado una estructura
cuasi militar con una estructura jerárquica, contadores e incluso han
reclutado células templarias para dirigir sus ataques». Las milicias
michoacanas cuentan con más de 16 mil armas de fuego, muchas de las
cuales son de alto poder del tipo del Ak-47, Barret calibre 50, R-15 y
otras de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, señala. Para los
analistas internacionales de InSight Crime «uno de los principales
temores en torno a la legalización de los grupos de vigilantes
mexicanos es que se puedan llegar a convertir en fuerzas paramilitares
tan mortíferas como las que previamente se desarrollaron en Colombia,
Guatemala y Perú. Aun cuando las milicias michoacanas aún están lejos
de ese punto, el hecho de que las compañías mineras estén comenzando a
financiar a estos grupos, trae a la memoria la historia de los
paramilitares colombianos, concluye InSight Crime
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