Elías Medina P.
La Paz, Baja California Sur.- Richard Kiy, líder del equipo del Rancho Cacachilas, y Norissa Giancola, consultora de esta misma empresa, que recién presentó ante la Semarnat la autorización para barrenar suelo a fin de identificar los minerales de su concesión minera Picacho Blanco, confirmaron que en este proyecto es inversionista la norteamericana Cristina Walton, y aclararon que en este terreno de 13 mil hectáreas, no se pretende hacer una explotación minera, sino barrenar en 7 hectáreas, con el propósito de hacer un inventario y saber más sobre la geodiversidad de esa zona.
A la pregunta expresa sobre la posibilidad de que en el futuro se pueda hacer minería en ese predio, Norissa Giancola señaló que no se descarta nada, y dijo que estas barrenaciones son para saber «lo que hay», al tiempo que recalcó que la visión de conservación de esta empresa es tener un balance con el medio ambiente, con el apoyo de las comunidades locales, las ONGs y el gobierno, porque en Rancho Cacachilas se cuenta con valores, con ética, honestidad, responsabilidad social y ambiental.
Ambos funcionarios explicaron que este proyecto de conservación pretende ligar actividades productivas como elaboración de quesos, producir abejas, paseos de bicicleta y un SPA, «buenos trabajos que den a la comunidad un ingreso y estén en balance con el medio ambiente… lo que quiere decir buenos trabajos para los locales, obviamente con una visión de conservación».
Richard Kiy, líder del equipo del Rancho Cacachilas, señaló que la economía de Baja California Sur después del impacto del huracán Odile se tiene que diversificar; incluso, la delegación del Los Planes, donde se ubica su terreno requiere, de diversificar su economía, dijo.
A la pregunta de diversificar hacia dónde, Richard Kiy explicó que para eso necesitan saber lo que hay; ahorita nuestro enfoque es entender la geodiversidad, dijo, en un predio de 13 mil hectáreas que inicia en la zona de los yonques de La Paz y termina casi llegando a El Sargento, en donde trabajan 20 empleados y donde Rancho Cacachila tiene 30 vacas, de un aproximado de 300 que pastan en ese predio y concesión minera.
En torno a la posibilidad de que esta empresa en donde invierte la mujer más rica del mundo vea a Baja California Sur como un estado conservacionista, manifestaron que la conservación puede coexistir con una economía sana, y citaron como ejemplo a Chile y Costa Rica.
«Nuestro reto es ver si en nuestro terreno que es bastante, podemos buscar ese equilibrio, donde podamos ayudar a eficientar la economía de Baja California Sur con un balance con la naturaleza, que también es importante».
En tal sentido, Richard Kiy destacó que una atracción de Baja California Sur comparado con otras entidades es que hay una riqueza que atrae a muchos turistas, y que en otros lugares del mundo han podido crear estos mercados; lo que pasa, dijo, es que La Paz no ha hecho un buen trabajo en poder aprovechar esos mercados; nuestro enfoque es tratar de entender qué tenemos aquí, añadió.
Asimismo, informó que el estudio de negocios que están haciendo incluye paseos en bicicletas, una actividad que tiene éxito en Canadá y en Colorado Estados Unidos y que atrae al turismo, y que se podría replicar en el Rancho Cacachilas atrayendo a los deportistas de windsurf que llegan a La Ventana y que cuando no hace viento no tienen actividad.
Por otra parte, explicaron que en el caso del Rancho Cacachilas y la concesión minera Picacho Blanco la mayor parte está fuera del Plan de Desarrollo Urbano de La Paz, (PDU) y que en total son 6 predios en los que es inversionista Cristina Walton.
Finalmente Richard Kiy y Norissa Giancola aseguraron que Cristina Walton no está relacionada con el pago del estudio previo justificativo de la Reserva de la Biosfera, sierras La Giganta y Guadalupe, ni con los financiamientos a los grupos que se oponen a la minería, porque aun cuando el propio delegado de la Semarnat, José Carlos Cota, informó sobre el apoyo de la empresaria norteamericana al EPJ de la pretendida reserva y en las páginas de varias ONGs se cita a la Fundación Walton como aportadora de recursos; en realidad «la fundación y la señora Walton están separadas legalmente, y es muy fácil confundirlo, o puede haber malentendidos», según señalaron Richard Kiy y Norissa Giancola.
No obstante, aceptaron que algunas ONGs sí le pidieron apoyo a la empresaria para esta campaña en contra de la minería, pero no donó; para otras sí, dijeron, porque a la señora «le importa mucho la Baja; ha venido por muchos años y está donando a muchas organizaciones de todo el mundo, pero le importa mucho lo que pasa en Baja, dijo finalmente Norissa Giancola, italiana de origen, residente en Washington, exestudiante en La Paz durante un año y actualmente integrante de un despacho que trabaja para Rancho Cacachilas.
http://www.oem.com.mx/elsudcaliforniano/notas/n3677242.htm