EL AVE FÉNIX DE LAS MINAS
lunes, 19 de enero de 2015
El día que yo me muera
Que me sepulten aquí
En minas Cata Cocina
De mi tierra MAZAPIL
Por Heriberto Robles Rosales
Mazapil, un mineral rodeado de pueblos fantasmas, que renace como el ave Fénix, de sus propias cenizas y hoy convertido en un pujante mineral, sin embargo el destino de los pueblos mineros es crecer, producir y morir.
Algún día cuando el mineral se agote y las empresas se vayan, entonces de nueva cuenta saldrá la gente llorando de su pueblo querido; para evitar eso, es necesario diversificar las actividades productivas y no tener todas las esperanzas sólo en la actividad minera.
El presente artículo es una historia que escribí cuando aún el Mazapil de nuestros días no renacía con la fuerza económica que actualmente tiene, pero es mi historia y como tal quiero contarla.
EL RELATO
La presente historia acontece en Mazapil, región de leyendas y ensueños. Los acontecimientos que en ella narro son estrictamente verídicos y tuvieron como escenario El Camino Real de Tierra Adentro y como telón el hermoso valle de Mazatl Pilli que significa venado pequeño, nombre como era conocido por las tribus de indios chichimecas que habitaban la región.
He querido escribirlo como lo sentí cuando lo vi por primera vez, un lugar hermoso lleno de leyendas, de minas, de túneles, de recuerdos y de amores, un lugar exótico, pero para mí, un lugar inmensamente bello. Esta narración se remonta años atrás y en ella queda impregnado el perfume de la historia.
EL RECORRIDO
A través de la ventanilla de mi camioneta, mi vista se extasiaba con el paisaje verde esmeralda de los pinos, del vaporoso blanco espuma de las nubes que se apelotonaban abajo rodeando las montañas y donde se encontraban las ruinas de un poblado lleno de fantasmas de viejos mineros llamado Aranzazú, conocido también con el nombre del Cobre, Zacatecas.
Era el parteaguas de la sierra, habíamos ascendido desde Concepción del Oro, por un camino sinuoso, abierto en la falda de las montañas, lleno de peligros sin duda, pero lo más importante lleno de bellezas naturales, nuestro destino: Mazapil.
A nuestra espalda quedaba majestuoso un cerro toda leyenda llamado El Temeroso, en Concha del Oro; una viejecita que nos había atendido en un restaurancito, nos había dicho que si veíamos en el relíz del cerro la figura de un caballo, jamás nos iríamos de Concha y si nos íbamos tendríamos que regresar.
Al frente y descendiendo de la sierra llegamos a un mineral ya casi fantasma Salaverna y al horizonte se dibujaba el panorama de Mazapil con las torres de su iglesia donde se adora a nuestro padre Jesús de Mazapil, y allá en lontananza otro cerro emblema de la región El Pico de Teira, entonces recordé un verso de un corrido triste escrito allá por los años de 1940.
Desde el Cerro El Temeroso
a las Montañas del Teira
salía la gente llorando
y suspirando por su tierra
LA HISTORIA
Ya las sombras de la noche cubrían el hermoso valle de Mazapil, pequeñas luces parpadeaban y señalaban la existencia de algunas casas dentro del pequeño poblado, mi mente se transportó en las alas de la historia y me vi sumergido como en un sueño fantasmal desfilando ante mí en tiempos irreales los años de 1546 y me imaginé a un Francisco De Ibarra, en camino a la gran Chichimeca, muchas serían las pruebas y dura la batalla contra los indios, y como en un sueño escuché los comentarios de aquellos hombres, soldados aguerridos que después de una cruenta batalla, al estar haciendo sus alimentos y al poner tres piedras para colocar sus ollas de cocina, un soldado casi llorando exclama, qué tan dura y triste es nuestra suerte que hasta las piedras lloran, sin saber que con el calor estaban fundiendo plata.
El valle era habitado por indios guachichiles, irritilas y chanales hasta en un número de 6,000, según nos narra don Pedro de Ahumada allá por los lejanos años de 1562, y fue un 4 de octubre de 1568 cuando un capitán español en compañía de 150 soldados habrían de fundar lo que se llamaría El Real de Minas de San Gregorio Magno de Mazapil.
SU IMPORTANCIA
Ya avanzada la noche entramos al pequeño pueblo de Mazapil, al centro de la población se yergue majestuosa la iglesia dedicada a San Gregorio Magno, el patrón del pueblo, pero donde se venera a nuestro padre Jesús.
Padre Jesús Nazareno
que el seis de enero veneran
en mi Mazapil querido.
A escasos metros de la iglesia se encuentra la casa de Francisco de Urdiñola, como mudo testigo de las luchas contra los indios; el conquistador Urdiñola fue dueño de las minas de San Eligio y Albarradón; aún me parece ver desfilar ante mis ojos a un Diego de Montemayor, al propio Francisco de Urdiñola y cuantos más conquistadores y fundadores de pueblos y haciendas en el camino Real de Tierra Adentro, la presencia de un Gaspar de la Fuente, oidor de la Real Audiencia del Reino de la Nueva Galicia que en el año de 1608 comprobó y certificó la riqueza minera de Mazapil y de muchos pueblos del camino real.
Aquella noche fueron desfilando ante mi imaginación personajes que como fantasmas y el mismo tiempo se hubiese detenido nos hacían ver que el pueblo en sí estaba lleno de leyendas y habitado por los fantasmas de quienes llegaron y fundaron no sólo a Mazapil, sino a Saltillo, Parras, General Cepeda y al propio Monterrey.
Mazapil no podía quedar fuera de los movimientos sociales que han transformado a México, la guerra de Independencia, el imperio y aún la revolución estuvo presente y Mazapil también envió a sus hijos al combate de la Revolución.
Ya finalmente el ruido de las carretas, el cantar de los mineros, el grito de guerra de los indios, el piafar de los caballos, el olor de las cocinas y los suspiros de los amantes todo aquello desfiló ante la imaginación de nuestros ojos y comprendimos a su gente, que quizás se vayan a otras tierras pero su corazón se queda en el Mazapil de mis recuerdos y recordé entonces el caballo del Cerro El Temeroso.
ACTUALIDAD
Se dice que Mazapil llegó a tener más habitantes que el propio Saltillo, pero la baja de los metales y las sequías prolongadas hicieron que Mazapil se convirtiera en un pueblo perdido en las serranías de Zacatecas, hoy un próspero mineral, donde deambula gente de toda la república, y como un nuevo dorado
La riqueza de Mazapil es latente, quiera la fortuna que el destino de este pueblo no se quede atado siempre a la minería.
Pero en fin la vida continúa, y como decía un buen amigo: «ASÍ ES ESTO.»
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http://www.eldiariodecoahuila.com.mx/notas/2015/1/19/mazapil-recuerdos-481470.asp