CUERNAVACA, MORELOS.- Ubicada al poniente de Temixco, la Mina de San Felipe, que se señala como propiedad del diputado federal y ex alcalde de ese municipio, Javier Orihuela García, o de su familia, no ha dejado de dañar la ecología de la zona, como tampoco de representar erogación de recursos que pudieron haber sido aplicados en obras prioritarias para sus habitantes, luego de haber sido utilizada como tiradero a cielo abierto.
A pesar de que han transcurrido más de 7 años de haber sido cerrada por órdenes judiciales, en una visita al lugar, DDM pudo percatarse que los olores a lixiviados siguen siendo la constante, parte de los desechos sólidos que por más de un año se depositaron en ese lugar han sido cubiertos con arena, otros siguen a la vista.
Fue al cierre del relleno sanitario de Tetlama, y luego de tomar posesión, que el ex edil Orihuela García se ofreció a poner a disposición un terreno familiar, para que ahí se depositara la basura, se estima que Temixco genera entre 120 y 150 toneladas diarias, por lo que los desechos pudieron llegar a superar las 50 mil toneladas, aunque algunos estiman que fue el doble el daño ecológico.
A menos de 100 metros del lugar se han construido casas por parte de desarrolladores inmobiliarios, a menos de 10 metros hay, todavía, aunque contaminadas, dos pequeñas represas o lagunas naturales; y a no más de 300 metros hay un afluente del Río Apatlaco.
Javier Orihuela habría incurrido en algún tipo de responsabilidad, pues se estima que, como alcalde, habría sacado provecho de su cargo, al haber arrendado la Mina de San Felipe como basurero y haber obtenido para sí, o para su familia un beneficio económico con recursos del municipio que gobernaba.
Sin embargo, el cierre del tiradero a cielo abierto que habría servido como tal de noviembre del 2006 a noviembre del 2007, no fue por voluntad de la autoridad municipal 2006-2009, sino por la presión de habitantes de Temixco, que mediante un amparo federal, lograron que el lugar cerrara sus puertas.
Fuentes consultadas refieren que el Ayuntamiento temixquense también recurrió a un amparo, no para cerrar la Mina, sino para evitar que se le obligará a llevársela a otro lugar, lo que no sucedió, alegando el principio del Derecho que señala que, “Nadie está obligado a lo imposible”, por la falta de recursos, hacerlo hubiera representando un costo cercano al millón de pesos por tonelada.
Señalamiento
Se presume que Javier Orihuela o su familia sacaron provecho de arrendar el terreno, cuando él era edil de Temixco.
50 mil toneladas de desechos se estiman que fueron vertidos en la Mina de San Felipe, Temixco.
Afectación
Dos represas o lagunas naturales, y un afluente del Río Apatlaco, han sido contaminados por los lixiviados