La emisión de polvos corrosivos causa un desgaste de hasta el triple de lo común en el segundo telescopio más importante de AL

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28/05/2015 05:50 Ernesto Méndez y Daniel Sánchez Dórame/ Enviado y corresponsal

CANANEA, Son., 28 de mayo.— Grupo México tiene varios frentes abiertos por su actividad depredadora en la mina Buenavista del Cobre que busca triplicar su producción a más tardar en el primer trimestre de 2016, sin importar pasar por encima de los intereses de la mayoría.

Al derrame en el río Sonora, los daños a la salud, las afectaciones económicas, el acaparamiento del agua, la contaminación de los recursos naturales, el conflicto con los trabajadores inconformes por el pago de utilidades y la huelga no resuelta con el sindicato minero, se suma el impacto al trabajo científico que desarrolla el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), dependiente del Conacyt, en el municipio de Cananea.

Inaugurado el 10 de septiembre de 1987, el Observatorio Astrofísico Guillermo Haro del INAOE, es considerado el segundo más importante de América Latina, por su telescopio de 2.12 metros de diámetro y su envidiable ubicación geográfica, a dos mil 470 metros de altura sobre el nivel del mar, en la cima de la sierra La Mariquita, donde hay un promedio de 250 noches despejadas al año.

Desde el 11 de junio de 2013, Alberto Carramiñana Alonso, director general del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica envío un oficio a Juan José Guerra Abud, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), donde le pide su intervención ante el “incremento exagerado” de partículas de polvo que contaminan la atmósfera circundante de la mina propiedad de Grupo México.

“Lo cual además de constituirse en una seria amenaza para la salud de la población en general, también afecta de manera grave el funcionamiento del telescopio del Observatorio Astrofísico Guillermo Haro”, alertó.

El doctor en Astronomía de Rayos Gamma por la Universidad de Durham, Inglaterra, advirtió que las partículas finas y gruesas de los polvos corrosivos provenientes del yacimiento a cielo abierto, “se han venido depositando en altos porcentajes sobre el telescopio, lentes, espejos y demás instrumentos sofisticados”, que operan en el sitio —con un valor aproximado de tres millones de dólares—.

Destacó que además la mina de Cananea “ha incrementado la contaminación lumínica, impactando negativamente la oscuridad del cielo de fondo, requerido para nuestro trabajo de investigación”.

Ante la gravedad del caso, Carramiñana Alonso solicitó a Guerra Abud girar las instrucciones pertinentes para realizar a la brevedad posible una reunión en la que participara personal técnico del INAOE, representantes del área ambiental de Grupo México y funcionarios federales designados por Semarnat.

“Nuestro interés fundamental es solicitar la intervención rectora, certificadora y mediadora de la Secretaría a su digno cargo, para acordar la agenda a seguir a fin de lograr la solución efectiva que elimine definitivamente las fuentes contaminantes ya descritas, que afectan la salud de la población e impactan peligrosamente la continuidad de nuestro trabajo científico”, agregó.

Como suele ocurrir con todo lo que se refiere a Grupo México, fue hasta un año después, el 4 de marzo de 2014, cuando la subdelegación de Inspección Industrial de la Profepa en Sonora atendió la denuncia, a la que trató de dar carpetazo, asegurando que luego de realizar una visita a la planta “se encontraron mínimas emisiones de polvos fugitivos”.

En respuesta, el INAOE envío una nueva carta para manifestar su inconformidad por la actuación de la Profepa, ya que en su reporte presenta “afirmaciones vagas y generales”, que “no aportan datos concretos”, ni establece si las emisiones rebasan los límites máximos permisibles.

“No se aportan datos concretos registrados en las bitácoras de los monitores y mediciones, con fechas, horas y valores específicos de las mediciones particulares, que incluyan la dispersión de partículas suspendidas y su comportamiento con los vientos dominantes”, indicó.

En sus alegatos, el doctor Carramiñana estableció que además la Profepa omitió por completo mencionar las fuentes de contaminación lumínica (o luminosa) que impactan la oscuridad del cielo de fondo y afectan el trabajo de observación astronómica, por lo que solicitó una audiencia con el delegado en el estado, Jorge Carlos Flores Monge, para tener acceso a los datos específicos de su recorrido por Buenavista del Cobre.

“Por nuestra parte, coadyuvar, aportar y explicar a la autoridad investigadora los reportes en nuestro poder que contienen las mediciones de partículas suspendidas que se realizaron por los colectores de polvos que se encuentran al pie del Observatorio, realizadas durante la época de la huelga en la que se suspendieron operaciones en la mina de Cananea (2007) y la época posterior, en la que Grupo México reinició la explotación minera, bajo el nombre de Buenavista del Cobre, incrementándose notoriamente las emisiones de polvos y partículas a la atmósfera”, precisó.

En entrevista con Excélsior, Patricio Estévez Nenninger, responsable de Protección Ambiental del Observatorio, detalló que luego de la tragedia ambiental ocurrida el 6 de agosto en el río Sonora, el INAOE esperó una respuesta de las autoridades ambientales.

Pero, dijo, no han hecho nada para resolver la contaminación lumínica proveniente de la planta y la emisión de polvos que genera un desgaste del doble o triple de lo común al telescopio y equipos de precisión.

“Vino el derrame y la Profepa no encontró qué hacer con nuestro asunto y ahí está detenido, sin embargo, estamos dentro de la ley y vamos a insistir para que se haga una segunda visita de inspección a la mina, pero que antes nos escuchen sobre los datos que tenemos que aportar”, aseveró.

Dijo que definitivamente hay un problema creciente de generación de polvos corrosivos, sobreexplotación del agua y erosión en Cananea, con pronóstico reservado ante la cerrazón de Grupo México, “que considera que ellos están bien y todos los demás somos unos alarmistas”.

La astronomía impulsa en la actualidad la innovación tecnológica en los campos de la óptica, electrónica, computación y mecánica, por lo que el cielo es patrimonio de la humanidad.

http://www.excelsior.com.mx/nacional/2015/05/28/1026436