Uno de los consentidos del mandatario Rafael Moreno Valle Rosas es el edil de Tlatlauquitepec, Ángel José Pedro Guerrero Herrera, quien esa condición lo ha llevado a ser un alcalde pendenciero, soberbio y alejado de la población, situación que ha despertado la ira de sus gobernados que no le perdonan que en lugar de defender los intereses del municipio en las últimas semanas se ha dedicado a proteger los proyectos mineros e hidroeléctricos de la región, pese al rechazo generalizado de la gente.
Y es que el alcalde, sin importarle lo que piensa la población, ha facilitado un hotel de su propiedad, llamado San Miguel, el cual se ha vuelto el centro de hospedaje y de operación del personal de las empresas canadiense Almaden Minerals, mexicana Grupo Autlán y china JDC Minerales.
Dichas empresas están involucradas en el intento de explotar diversos proyectos mineros en la Sierra Nororiental del estado.
Parte del personal que se ha hospedado en el hotel del alcalde son los encargados de la parte técnica del insensato proyecto de vaciar la presa de La Soledad, ubicada en la comunidad de Mazatepec, en la cual fueron desalojados más de 11 millones de metros cúbicos de agua. Ha trascendido que la intención de esa acción, encabezada por la Comisión Federal de Electricidad, es que se venderá dicha instalación al Grupo Autlán, mismo que se propone recuperar los minerales que se encuentran en lo que era el fondo del embalse.
El comportamiento de Ángel Guerrero tiene a un paso a la mayor parte de la población de iniciar una campaña para echarlo del cargo, ya que el edil ha ignorado al movimiento, que surgió en más de 20 municipios de la Sierra Norte, que tiene como propósito evitar que avancen los proyectos mineros e hidroeléctricos en la región. No le importa que en esa intención estén unidos habitantes, líderes religiosos, autoridades locales, comerciantes y académicos.
Ese clima de malestar se puso de manifiesto el pasado 15 de agosto, cuando se realizó la feria de La Tuberosa, que es la principal fiesta del municipio. En el atrio de la iglesia, el edil quiso encabezar un acto público y la gente no le dejó, es más le pidieron que se retirara.
Tales muestras de repudio han venido aumentando y cada vez más le impiden tener contacto con la población.
El primer enojo surgió porque hace unas semanas los líderes de la Asamblea Social del Agua efectuaron una reunión, con una importante respuesta de diversos actores sociales, políticos y religiosos del municipio, que estuvieron de acuerdo en formar un frente contra los proyectos hidroeléctricos y en proteger los ríos de la región. El alcalde había sido convocado al encuentro y simplemente no llegó, ni mandó a un representante del ayuntamiento.
Eso indignó mucho a la población porque en otros municipios los alcaldes han accedido a sumarse a la oposición a los llamados “proyectos de muerte”.
Los enconos han crecido contra Ángel Guerrero cuando hace algunas semanas se fue sabiendo que ha facilitado su hotel para dar hospedaje y protección al personal de las empresas mineras, cuyos técnicos principalmente son mexicanos y chinos.
Quienes están cerca del edil dicen que esa actitud la asumió porque se lo pidieron desde el gobierno del estado, de dar ayuda, hospedaje y principalmente protección al personal de las empresas constructoras, mineras y de instalaciones eléctricas que están participando en los esfuerzos por dar apertura a las minas, hidroeléctricas y la explotación de gas en la Sierra Norte.
El gobierno de Rafael Moreno Valle ha mantenido una actitud encubridora a favor de las minas, ya que no habla del tema y aparenta no prestarle atención, pero en realidad ha solapado el desarrollo de los proyectos, sin importarle el clima de inconformidad que han desatado.
En ese sentido el gobierno del estado ha encontrado en Ángel Herrera a un buen aliado, ya que este político panista ya ocupa por segunda vez el cargo de alcalde de Tlatlauquitepec y logró el nuevo mandato por el impulso que recibió de Rafael Moreno Valle.
Por esa razón desde el Poder Ejecutivo le han tolerado todo tipo de abusos a este alcalde, como fue el escándalo ocurrido a mediados del año pasado cuando el edil y su hermano de nombre Héctor acudieron a una comunidad vecina a visitar a la pareja sentimental del segundo de ellos y en una cantina, se encontraron al ex marido de la mujer, a quien le propinaron una golpiza.
El agredido se retiró del lugar y luego regresó con refuerzos, quienes ahora golpearon al edil y a su hermano. Fue tan fuerte la venganza que el alcalde acabó hospitalizado.
Queda claro que un alcalde con ese tipo de problemas no tiene autoridad moral entre sus pobladores y sí es un buen instrumento para los propósitos perversos de las empresas mineras, y del propio gobierno del estado.
Edil de Tlatlauquitepec da hospedaje y protección al personal de mineras chinas y canadienses