Ciudad de México. La explosión en la mina Pasta de Conchos, en Coahuila, el 19 de febrero de 2006, “no fue causada por una caprichosa acumulación de gas, sino que se trató de un siniestro evitable ocasionado por un sistema de ventilación insuficiente y por precarias condiciones de seguridad y mantenimiento en que (la empresa) Grupo México –propiedad de Germán Larrea— mantenía sus instalaciones”.
Esa es la conclusión del informe El carbón rojo de Coahuila: Aquí se termina el silencio, elaborado por la organización Familia Pasta de Conchos con el apoyo de la Fundación Heinrich Böll, sección México y el Caribe, que se presentó esta mañana.
De acuerdo con el reporte, en la región carbonífera de Coahuila, desde el año 1900 han perdido la vida tres mil 103 mineros en explosiones y otros siniestros causados por negligencia de las empresas. Un dato a destacar es que de ese total, los únicos cuerpos que no se han recuperado son los de trabajadores de las minas operadas por Grupo México.
Doce años después del siniestro –que dejó 65 mineros muertos, de los cuales no se logró recuperar 63 cuerpos— los familiares de las víctimas continúan con su exigencia de que los restos aún enterrados sean rescatados y que se les otorgue a las familias la reparación correspondiente del daño.
La empresa, denunciaron, no atendió los señalamientos hechos por las autoridades laborales en torno a la inseguridad en la mina, lo que generó la tragedia.
Durante la conferencia en la que se presentó el informe, el obispo de Saltillo, Raúl Vera López, lamentó las precarias condiciones en las que por años han trabajado los mineros en la región, y el país. “Miseria, hambre y muerte es lo que ha acompañado la vida en la minería”.
Indicó que en el caso de la mina de Pasta de Conchos, el incidente se dio por la negligencia de la empresa. Destacó que en su portal de Internet, Grupo México presume que son productores de carbón al menor costo. “Pero hay que aclarar que es al menor costo económico, pero a un alto costo de sangre. ¿Por qué no ponen eso en su página Web?”.
Para el prelado, el dueño de Grupo México, Germán Larrea, merecería estar en la cárcel. Pero no sólo responsabilizó al empresario de esa tragedia. También señaló a los ex mandatarios de Coahuila, los hermanos priístas Humberto y Rubén Moreira; a funcionarios de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social en la época en que se dio el siniestro; y al sindicato minero. “Esto fue provocado por la inmoralidad de empresarios, gobiernos y sindicato”.
Rodrigo Olvera, de la Familia Pasta de Conchos, señaló que el gremio del sector y su líder, Napoleón Gómez Urrutia, “fueron negligentes” ya que “tenían pleno conocimiento de las condiciones de inseguridad en la mina, y en lugar de seguir buscando la seguridad de los trabajadores, negociaron convenios favorables con Grupo México, y eso los hace corresponsables de la tragedia”.
Criticó que ahora estos actores ocupen o sean considerados para puestos políticos, pues Rubén Moreira recientemente fue nombrado dentro de la estructura de la dirigencia nacional del PRI, en tanto que el líder minero aparece en la lista de aspirantes a una legislatura federal por la vía plurinominal por Morena.
Los conferencistas lamentaron que pese a ser una región carbonífera y que este mineral sea letal con la salud de mineros y sus familias, en la zona no exista un hospital de especialidades respiratorias, e incluso no hay un solo neumólogo.
México es un caso sui géneris, dijo la activista Cristina Auerbach, coordinadora del informe, pues es el único país del mundo donde los mineros del carbón no se enferman de los pulmones o de las vías respiratorias.
“Deberían dar consejos a Alemania u otras naciones, cero casos reportan los empresarios, no hay enfermedades”, ironizó.
Demandaron justicia y verdad por los hechos, sanción a los responsables y reparación del daño.
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2018/02/19/explosion-en-pasta-de-conchos-por-escasas-condiciones-de-seguridad-2177.html