Costa Rica. Minería a cielo abierto: un proceso regresivo en época de crisis

por | Nov 23, 2020 | 0 Comentarios

By Resumen Latinoamericano on 23 noviembre, 2020

Por Álvaro Sagot Rodríguez. Resumen Latinoamericano, 23 de noviembre de 2020.

La afirmación que está en boga hoy en día entre los sectores políticos tradicionales, algunos grupos empresariales y profesionales, principalmente del sector minero, es que debemos volver a la minería metálica del oro a cielo abierto por el bien de las finanzas del país.

Ante los graves daños ambientales ocurridos en la zona norte, se han lanzado una serie de criterios falaces que obligan -según los diputados- a tener que retornar a la minería, pero existen al menos tres preguntas clave a responder previas, que nos debemos hacer, si es que se quiere actuar responsablemente: ¿Antes de que nuestro Estado se declarara libre de minería metálica a cielo abierto del oro, no existían coligalleros? ¿Cuando era legal la minería metálica a cielo abierto, nunca existió un desastre ambiental nacional? ¿Los Estados reconocidos como mineros, no tienen desastres ambientales, ni ahí existe la minería ilegal?

La respuesta a todas esas preguntas es un rotundo SÍ. Es decir, que volver a autorizar la minería de ese tipo no garantiza absolutamente nada. Recordemos por ejemplo los desastres mineros ocurridos en el proyecto de Macacona, o el de Miramar, donde los mineros se fueron y dejaron sus daños a ecosistemas fluviales, así como al suelo y nadie se hizo cargo de ello. Tengamos presente que lo anterior ocurrió, teniendo una Dirección de Geología y Minas, que apoyada en diversas normas no pudieron, o quisieron actuar.

Los coligalleros existen no porque no hay quién fiscalice, sino porque hay corrupción y así lo han señalado los propios funcionarios del OIJ en el amparo que se tramita ante la Sala Constitucional presentado por el sector ecologista. Entonces, ¿se acaban los problemas legalizando la actividad? No, es la respuesta; y es que ni siquiera en Perú, Brasil, o Chile, que son países mineros de amplia tradición han podido hacer nada, a pesar de tener ejércitos y leyes que imponen sanciones a la minería ilegal.

Entonces ¿se resolvería el problema en Costa Rica regresando a la legalidad de la minería a cielo abierto? No. Ante una respuesta de ese tipo no falta quienes salten y digan que si se legaliza ese tipo de proceso extractivo, por lo menos el oro producirá ingresos que queden en Costa Rica. Pero a ello hay que contestarle que se estaría ante un espejismo, pues los desastres mineros están a la orden del día en cualquier Estado, tal y como ocurrió en Minas Gerais, Brasil, a inicios del 2019, o en San Pedro de Coris, región Huancavelica en Perú, a mediados de 2019.  Y es que siempre, los daños ambientales son más caros que los beneficios que dejan para los Estados ese tipo de procesos, por ello no se debe caer en el engañoso argumento, con el que nos quieren hacer regresar a un pasado cuestionable, pues la verdad es que no existe la minería sostenible y menos en naciones con climas tropicales donde los huracanes están a la orden del día.

Por otro lado, ya está demostrado, tal y como lo señaló el OIJ, que son las mafias ticas quienes han sacado toneladas de oro de una forma que se supone legal, por nuestro propio aeropuerto Juan Santa María, así las cosas, sin hilar muy delgado, se tiene que lo que nos mata es la corrupción y lo “poco eficientes” que han demostrado ser los funcionarios al aplicar las normas.

Es cierto que en este momento histórico necesitamos una reactivación económica y por ello es fundamental hacer más eficientes los controles del oro legal que sale de Abangares, pero que ello no lleve a habilitar de nuevo la minería a cielo abierto. Los diputados deben hacer normas sí, pero que establezcan mecanismos para hacer una perfecta trazabilidad de ese oro y acabar con el negocio ilegal. La repuesta de volver a un pasado, legalizando la extracción minera no es la solución definitivamente y más bien pareciera que los operadores legislativos que apoyan lo anterior, buscan empantanar más a nuestro Estado que tiene un gran potencial en el oro verde, que es ese que nos hace ser diferentes, la respuesta está en el ecoturismo y el turismo rural y no en la extracción. Los extranjeros no vienen a Costa Rica a ver grandes tajos en lo que eran montañas, vienen a ver lujuriosos bosques, animales, aves y nuestros ríos.

Termino citando las palabras emitidas por David Boyd, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos y el medio ambiente, quien en agosto de este año expuso: “La situación del medio ambiente y los derechos humanos en América ya era motivo de preocupación antes de COVID-19. En lugar de ver a los gobiernos mejorar las salvaguardias medioambientales en respuesta a la pandemia, se han observado varias regresiones, con consecuencias para el disfrute del derecho a un medio ambiente sano en la región. Es probable que esas decisiones de política desfavorables den lugar a un deterioro acelerado del medio ambiente y tengan repercusiones negativas en una amplia gama de derechos humanos, incluidos los derechos a la vida, la salud, el agua, la cultura y la alimentación, así como al derecho a vivir en un medio ambiente saludable”.

Álvaro Sagot Rodríguez es Profesor de derecho ambiental

Fuente: elpais.cr
https://www.resumenlatinoamericano.org/2020/11/23/costa-rica-mineria-a-cielo-abierto-un-proceso-regresivo-en-epoca-de-crisis/

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