7 de agosto de 2025
El miércoles 6 de agosto, en un intento desesperado por imponer el proyecto Milpillas, autoridades federales y representantes estatales de la CONAGUA -entre ellos el director estatal, Víctor Manuel Reyes Rodríguez- llevaron a cabo una reunión a puerta cerrada con los párrocos de Jiménez del Teul y el presidente municipal, Daniel Cisneros Esparza. No cabe duda que los representantes de la CONAGUA solicitaron el respaldo de las autoridades locales para que ayuden persuadir a la población y lograr que acepten un proyecto que claramente responde a los intereses del gobernador del estado, David Monreal. Este acto turbio, realizado a espaldas de los ejidos que ya han expresado su rotundo rechazo a este proyecto a través de sus asambleas agrarias, evidencia que las estrategias de coacción que han intentado implementar para imponer la presa no les ha dado resultado.
Últimamente, distintas autoridades municipales, estatales y federales – incluyendo algunos diputados- han visitado a las comunidades con promesas recicladas: que arreglarán carreteras, que instalarán tomas de agua en casas, o que darán apoyos económicos para pequeños negocios de abarrotes y comida, pero todos condicionados a que se acepte este proyecto, que lleva 10 años de querer imponerse. Hace una década, prometieron lo mismo y, cuando el proyecto se vino abajo, se olvidaron de las promesas. Hoy se repiten las mismas estrategias pensando que las comunidades no tenemos memoria. Pero sí la tenemos, y estamos hartas de la corrupción y de que pretendan sacrificar nuestra salud, nuestra seguridad y nuestra paz, solo para beneficiar a unos pocos con un proyecto inviable que ni siquiera resolvería los problemas reales de agua en las ciudades.
Ahora recurren a los párrocos, porque estas autoridades estatales – serviles del poder – no han logrado coaccionar a la población. Repudiamos este tipo de maniobras, que lo único que provocan es la división comunitaria, violando nuevamente nuestro derecho a la libre determinación. Afortunadamente los párrocos han demostrado claridad y compromiso con la defensa de la casa común, el respeto a un medioambiente sano y los derechos colectivos de las comunidades.
Exigimos a la presidenta Claudia Sheinbaum que cumpla con su palabra: si las comunidades no quieren el proyecto, no se llevará a hará. Nuestras comunidades ya han decidido rechazar este proyecto a través de sus asambleas agrarias, su autoridad máxima, por lo cual ese proyecto se debe cancelar de una vez y para siempre. Pedimos también que nos dejen en paz, pues lo único que queremos es seguir conservando nuestro Río Atenco, que es el que nos da la vida.
¡Las comunidades ya decidimos, basta de consultas y coacción!
¡Cancelación del Proyecto Milpillas ya!
MOVIMIENTO EN DEFENSA DEL TERRITORIO Y RÍO ATENCO
RED MEXICANA DE AFECTADAS/OS POR LA MINERÍA (REMA)
