FrAgua | La Jornada de Oriente | 29 de marzo de 2013.
Pobladores del municipio de Zoquiapan, enclavado en la Sierra Norte de Puebla, lograron que el presidente municipal Esteban Pérez Rivera se comprometiera –por escrito– a negar el paso a la empresa Ingdeshidro, que busca construir la hidroeléctrica San Antonio sobre los ríos Zempoala y Ateno, la cual estaría destinada a generar energía para compañías mineras.
Para ello, los habitantes –en su mayoría indígenas totonacos– pidieron al ayuntamiento de Zoquiapan dejar de brindar protección de seguridad pública y no conceder permisos de construcción a la empresa, la cual desde hace varias semanas se estableció en la región para hacer tareas de exploración y medición.
Este jueves se realizó la tercera reunión quincenal entre los pobladores y las autoridades municipales en el Auditorio Municipal de Zoquiapan, con la intención de informar a la ciudadanía los detalles del proyecto hídrico. En el encuentro estuvieron presentes los representantes de la Cooperativa Tosepan Tastaniske y del Consejo Tiyat Tlali.
Entre la población predominan las dudas e inquietudes sobre el proyecto de Ingdeshidro, pues ninguna autoridad municipal, estatal y federal les ha detallado sobre los trazos, afectaciones y posibles beneficios contraídos por la obra. Mucho menos los representantes de la empresa que busca establecerse en los límites municipales de Xochitlán de Vicente Suárez, Zapotitlán de Méndez, Atlequizayan, Zoquiapan y Nauzontla.
Ante ello, los pobladores –representados en el Comité Ciudadano para los Informes del Proyecto San Antonio– advirtieron que no cederán sus tierras a la empresa Ingdeshidro, pues consideraron que la construcción de la hidroeléctrica atraerá decenas de afectaciones ambientales y para el ser humano, como el desabasto de agua, la pérdida de tierras de cultivo y el cambio en el modo de vida.
El rechazo social
Alfredo Hernández Pineda, del comité ciudadano, se pronunció con un rechazo a la instalación de la hidroeléctrica, pues consideró que no sólo dejaría de lado el desarrollo para la comunidad, sino que representaría una “catástrofe a la naturaleza”, al alterar el cauce normal de los ríos Zempoala y Ateno, lo cual conllevaría a inundaciones severas en los predios de cultivo y pondría en riesgo a decenas de pobladores asentados en las barrancas.
En su turno, los pobladores recriminaron a las autoridades locales la falta de sensibilidad para solicitar la opinión de los habitantes –y en especial de los afectados por el paso del cauce–, por lo que exigieron al edil Esteban Pérez Rivera “respetar y representar a todos los pobladores sin distinción de posturas”.
Incluso advirtieron que no cederán sus tierras a Ingdeshidro, ya que sus propiedades representan un sustento por varios años para sus familias, en contraste con una cantidad comercial en que la empresa trasnacional compraría las tierras, la cual sólo rendiría para “unos cuantos años”. “¡La Tierra no se vende, se defiende!”, gritaron casi al unisono durante la asamblea.
En la reunión, el presidente municipal de Zoquiapan, Esteban Pérez Rivera, rechazó tener en su poder el informe del proyecto ejecutivo para la construcción de la presa San Antonio. Incluso aseguró que el gobierno estatal y federal, a través de la delegación de la Semarnat en Puebla, también le ha negado la información sobre los planes de Ingdeshidro en la zona.
Ante ello, se pronunció a favor de prohibir el paso a las máquinas de la empresa y dejar de proporcionar seguridad pública a los trabajadores que descienden por las laderas de los ríos para realizar mediciones y exploraciones del terreno.
Incluso advirtió que el ayuntamiento de Zoquiapan no entregará permisos de construcción ni de cambio de uso de suelo para la instalación definitiva de Ingdeshidro hasta que muestren a los pobladores los planos y proyectos que se tienen pensado para la región, una de las más bastas de agua en la Sierra Norte de Puebla.
“No vamos a esperar a que nos traigan las cosas y nos intenten engañar. Si la gente dice que la empresa no pasa, entonces no va a pasar, para eso está el Comité Ciudadano. Aquí, frente al pueblo, tendrá que someterse a consideración los planes para hacer la hidroeléctrica, pero mientras, las máquinas y los trabajadores no van a pasar más”, alertó el funcionario municipal tras la reunión con más de 200 pobladores.
En su turno, Leonardo Durán Olguin, de la Cooperativa Tosepan Tataniske, informó que decenas de organizaciones en defensa de los derechos de los indígenas y en contra de las hidroeléctricas y minas en Puebla –denominadas “proyectos de muerte”– se están constituyendo en la Sierra Norte para garantizar que las obras no afecten a los ciudadanos y al medio ambiente.
Aseguró que la participación de la Cooperativa Tosepan Tataniske y del Consejo Tiyat Tlali –al que también pertenece– es únicamente a través de la asesoría y la gestión de información, pues la intención es ayudar a los pueblos indígenas a autodeterminarse “para que tomen sus propias decisiones, con fundamentos e información que iremos construyendo juntos”.
Durán Olguin se pronunció en contra de la construcción de la presa San Antonio y exigió que la empresa Ingdeshidro se presente ante los pobladores de las seis comunidades afectadas por el trazo de construcción para que expliquen el proyecto.
“Las comunidades más vulnerables son las que se quedan siempre hasta el final, por eso es necesario que se transparente toda la información. Es sano hablar con la verdad, siempre”, acotó.
El Proyecto San Antonio
Según datos de Ingdeshidro Eléctrica, vertidos en el proyecto ejecutivo de la obra entregado a la Secretaría de Medioambiente y Recursos Naturales (Semarnat) hace unas semanas, la construcción deberá empezar en los próximos días con los ajustes de trazo y nivelación del suelo y las conclusiones de las obras de acceso a las comunidades, integradas principalmente por caminos rurales.
Además, prevé que a mediados de este año se realicen las operaciones de desmonte y despalme, así como las obras hidráulicas necesarias en los ríos Zempoala y Ateno. En tanto, para principios del próximo año se realizarán las obras electromecánicas, así como el abandono y la rehabilitación de los sitios de obra.
El documento –en poder deLa Jornada de Oriente– especificó que para la construcción de la hidroeléctrica San Antonio se utilizarán mil 700 polines y 5 mil estacas de madera, así como 127 mil metros cúbicos de materiales pétreos, 150 metros cúbicos de agua al mes; cinco toneladas al año de grasas y aceites, así como 80 mil litros al año de combustibles.
Ante ello, la empresa reconoció que debido a la construcción de la represa habría 43 daños ambientales y humanos en la franja limítrofe de los seis municipios por donde pasarán los trazos de construcción, entre los que destacan los riesgos de accidentes, la contaminación de aire, agua y tierra, además del perjuicio contra especies de flora y fauna endémicas de la región.
A pesar de ello, Ingdeshidro reportó que los daños a la salud de la población serán nulos, ya que el proceso constructivo se realiza en sitios alejados de zonas urbanas, y en localidades con baja densidad de población.
Además, agrega la empresa, no se emplearán sustancias químicas contaminantes o procesos que pongan en riesgo la integridad física de la población en general; al contrario, especificó que la salud de la población será mejorada por el funcionamiento del sistema hidroeléctrico, debido a que existirá la eliminación de material de azolve de la cuenca, promoviendo una mejor circulación del agua en el sistema, promoviendo el saneamiento de las aguas del río Zempoala.
De acuerdo con la empresa, la razón por la que el proyecto de Hidroeléctrica San Antonio está ubicado en varias demarcaciones municipales atiende a que la naturaleza de aprovechamiento hídrico, y sus obras y estructuras, se localizan principalmente en las orillas del río Zempoala, el cual es utilizado como toponimia de los límites político–administrativos de los municipios.
La empresa Ingdeshidro abundó que el proyecto aprovechará las aguas del río Zempoala y también del río Ateno, con afectaciones leves en las localidades cercanas a los sitios de las obras de infraestructura como Xochitlán y Tzontecomata, en Xochitlán de Vicente Suárez, y Tuxtla, en Zapotitlán de Méndez.